martes, 1 de septiembre de 2009

El Gobierno anuncia que penalizará con más impuestos las rentas del capital

Zapatero descarta modificar el IRPF excepto en lo que se refiere a los 400 euros de deducción
01.09.09 -
CÉSAR CALVAR COLPISA. MADRID/ La Verdad
Las rentas del capital y las plusvalías, es decir, todas aquellas ganancias que no provengan de la actividad directa de los trabajadores y las empresas, serán las principales perjudicadas por la subida de impuestos que prepara el Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero avanzó ayer algunos detalles. Los dividendos procedentes de la inversión, beneficios por ventas de acciones, intereses derivados de depósitos bancarios a plazo, rentas por arrendamientos e incluso las ganancias por transmisiones de inmuebles, que ahora tributan al tipo único del 18%, podrían ver alteradas las condiciones de su gravamen.
En Estocolmo, tras reunirse con el primer ministro sueco y presidente de turno de la UE, Fredrik Reinfeldt, el jefe del Ejecutivo reiteró su disposición a modificar la deducción de 400 euros en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), introducida en 2008 para fomentar el consumo y que, según sus cálculos, cuesta al Estado 6.000 millones de euros.
A falta de conocer más detalles, Rodríguez Zapatero insistió en que «no se van a tocar» los tipos que gravan las rentas del trabajo ni los tramos del IRPF. Es decir, ningún asalariado tendrá que pagar en 2010 más por lo que ingresa fruto de su empleo, aunque la eliminación de la deducción de los 400 euros equivale a mayor carga tributaria para muchas familias que verán aumentadas las retenciones.
El presidente del Gobierno aseguró que el coste social de esta recesión tampoco recaerá sobre las empresas. Reiteró que no introducirá cambios en el Impuesto de Sociedades, más allá de la ya anunciada rebaja para las pequeñas y medianas empresas que mantengan la plantilla y creen nuevos puestos de trabajo. «Esto es en lo que estamos trabajando, tengamos prudencia y esperemos a la ley de Presupuestos», señaló al ser preguntado acerca de otros cambios que, recalcó, serán «prudentes, moderados y limitados».
El Gobierno dispone de pocas opciones para penalizar a las rentas del capital, que desde la reforma fiscal de 2006 tributan al tipo único del 18%. La más sencilla sería incrementar unos puntos el tipo impositivo. La más complicada sería volver al sistema antiguo, en el que todas estas ganancias tenían un gravamen diferenciado en función de su origen y del plazo en el que fueran obtenidas.
En 2008, el Estado ingresó en concepto de rentas de capital 9.185 millones de euros. El grueso de ellos, 6.169 millones procedían del capital mobiliario (acciones), otros 2.071 millones eran fruto de arrendamientos y otros 945 millones, retenciones de fondos de inversión.
El Ejecutivo deberá actuar con cautela para no desequilibrar la estructura de los impuestos ni desincentivar una inversión ahora más necesaria que nunca. Las palabras del presidente sugieren que tampoco tocará a las sociedades de inversión de capital variable (Sicav), instrumento de las grandes fortunas para que sus ganancias tributen al 1% vía Impuesto de Sociedades.

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