Comunidad de
Propietarios Eurovillas VI
Residencial Nuevo
Principado
El mercado inmobiliario en el Paseo Río Nalón,
especialmente en los tres edificios denominados Eurovillas (IV, V y VI), está
fuertemente condicionado por el tipo de inmueble objeto de transacción: local
comercial o vivienda.
Los locales
comerciales, a diferencia de los que todavía están sin ocupar en el
Edificio Nalón, se caracterizan por tener su fachada en la vertical del
edificio. Al no estar bajo soportales, son visibles desde gran distancia.
Además, la no aplicación de la
Ordenanza (reguladora de las condiciones estéticas de la
edificación en el término municipal), les permite colocar anuncios o reclamos
-muestras y banderines- sin limitación alguna, del propio negocio o de marcas
comerciales. Algo muy apreciado por bares y restaurantes, que también se sirven
de carteles y atriles en plena calle. Y más cosas: adecuación de espacios,
cocinas industriales, salidas de humos, etc., a su libre albedrío.
En los tres edificios mencionados no hay un solo
local disponible, ni anuncios de se
vende, se alquila, se traspasa. En el tiempo, solo se observan cambios de
nombre en algunos establecimientos. El valor de cada local, o el precio del
alquiler, refleja la repercusión positiva derivada del aumento de la superficie
disponible, ya que, al aforo propio del establecimiento, hay que sumar “su trozo”
de paseo, utilizable como “terraza”. En definitiva, un mercado con buena
demanda y mínima oferta. Un buen negocio.
Las viviendas,
ubicadas sobre los restaurantes o en planta baja a su espalda, han perdido el
atractivo que presentaban hace siete años, cuando formaban parte de un
residencial de lujo. La injusta, abusiva
y vergonzosa concentración de actividad hostelera (64 bares y restaurantes) ha causado
la degradación de la vía más importante, perdiendo su condición de paseo y disfrute
general, para convertirse en un conglomerado de comedores en la calle, al
servicio exclusivo de negocios concretos. Al
Ayuntamiento solo le preocupan dos cosas: que paguen por la ocupación
(hacer caja) y que dejen un pasillo central.
Molestias por emisión e inmisión de ruidos,
bullicio, televisores en la calle, descontrol en salidas de humos y aire
viciado, fuerte olor a cocina en todo el conjunto (incluso portales, escaleras
y garaje), vibraciones y elevadas temperaturas en las viviendas, escándalos
periódicos y un largo etcétera, han determinado una pérdida de valor en las
viviendas adicional a la crisis actual. No hay transacciones. Para operaciones
de venta forzada los precios que se comentan equivalen a la mitad de lo que se
pagó por ellas. Es lógico, nadie quiere invertir en un “recinto de ocio”. Mucho
cartel de se vende y se alquila. Mucha oferta y nula demanda.
Una devaluación consentida. Una vergüenza institucional.
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