viernes, 28 de septiembre de 2012

LOS ALCÁZARES/ El mercado inmobiliario en el Paseo Río Nalón.


Comunidad de Propietarios Eurovillas VI
Residencial Nuevo Principado

El mercado inmobiliario en el Paseo Río Nalón, especialmente en los tres edificios denominados Eurovillas (IV, V y VI), está fuertemente condicionado por el tipo de inmueble objeto de transacción: local comercial o vivienda.

Los locales comerciales, a diferencia de los que todavía están sin ocupar en el Edificio Nalón, se caracterizan por tener su fachada en la vertical del edificio. Al no estar bajo soportales, son visibles desde gran distancia. Además, la no aplicación de la Ordenanza (reguladora de las condiciones estéticas de la edificación en el término municipal), les permite colocar anuncios o reclamos -muestras y banderines- sin limitación alguna, del propio negocio o de marcas comerciales. Algo muy apreciado por bares y restaurantes, que también se sirven de carteles y atriles en plena calle. Y más cosas: adecuación de espacios, cocinas industriales, salidas de humos, etc., a su libre albedrío.


En los tres edificios mencionados no hay un solo local disponible, ni anuncios de se vende, se alquila, se traspasa. En el tiempo, solo se observan cambios de nombre en algunos establecimientos. El valor de cada local, o el precio del alquiler, refleja la repercusión positiva derivada del aumento de la superficie disponible, ya que, al aforo propio del establecimiento, hay que sumar “su trozo” de paseo, utilizable como “terraza”. En definitiva, un mercado con buena demanda y mínima oferta. Un buen negocio.

Las viviendas, ubicadas sobre los restaurantes o en planta baja a su espalda, han perdido el atractivo que presentaban hace siete años, cuando formaban parte de un residencial de lujo.  La injusta, abusiva y vergonzosa concentración de actividad hostelera (64 bares y restaurantes)  ha causado la degradación de la vía más importante, perdiendo su condición de paseo y disfrute general, para convertirse en un conglomerado de comedores en la calle, al servicio exclusivo de negocios concretos. Al  Ayuntamiento solo le preocupan dos cosas: que paguen por la ocupación (hacer caja) y que dejen un pasillo central.



Molestias por emisión e inmisión de ruidos, bullicio, televisores en la calle, descontrol en salidas de humos y aire viciado, fuerte olor a cocina en todo el conjunto (incluso portales, escaleras y garaje), vibraciones y elevadas temperaturas en las viviendas, escándalos periódicos y un largo etcétera, han determinado una pérdida de valor en las viviendas adicional a la crisis actual. No hay transacciones. Para operaciones de venta forzada los precios que se comentan equivalen a la mitad de lo que se pagó por ellas. Es lógico, nadie quiere invertir en un “recinto de ocio”. Mucho cartel de se vende y se alquila. Mucha oferta y nula demanda. Una devaluación consentida. Una vergüenza institucional.

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