Comunidad de Propietarios del Edificio Eurovillas VI
Hay dos árboles
–algarrobos- en el casco urbano de Los Alcázares que cumplen idéntica función
ornamental, pero que son tratados de modo muy diferente.
El primero se alza en un pequeño jardín circular, centro de la rotonda que hay frente al Centro Comercial Las Velas
El primero se alza en un pequeño jardín circular, centro de la rotonda que hay frente al Centro Comercial Las Velas
. El segundo es lo único que queda del
pequeño jardín que había entre los Edificios Eurovillas V y VI, en la avenida
(paseo) Río Nalón.
Las fotos que acompañan
a este texto muestran, de cada uno de estos árboles, una vista general, el
tronco y la cruz, y las ramas más alejadas del tronco.
No hace falta ser un
experto para apreciar, en el primero de ellos, su gran porte e intenso verdor,
incluso en las ramas más alejadas, aquellas que algunos jardineros llaman
varetones. Muestra el buen aspecto y el espeso follaje que debe tener, en estas
fechas, un árbol de hoja perenne. No hace falta adivinar que detrás de él están
las manos cuidadosas de un profesional cualificado.
El segundo de
estos árboles, al que ya nos hemos referido con ocasión de las denuncias
presentadas en la Dirección General de Medio Ambiente y Concejalía de Urbanismo
y Vía Pública, es sin duda de mucha más edad, pero tiene –por efecto de podas
salvajes- menos porte y peor configuración; el tronco y las ramas principales
rodeados de cables y clavos, pierde continuamente hojas –caen al suelo después
de secarse- y, en las ramas más alejadas del tronco, solo quedan hojas en las
puntas. Las señales de maltrato son tan evidentes que solo cabe preguntarse:
¿Por qué? ¿Quién lo ha autorizado? ¿Quién lo consiente? ¿Está condenado a
secarse?...
El Presidente de
la Comunidad de Propietarios del Edificio Eurovillas VI, Esc 1, fue
protagonista inesperado del hecho que se relata. Poco después de las diez de la
noche del pasado día ocho, estaba bajo el algarrobo maltratado con su esposa y
unos amigos, mostrándoles la pérdida de savia por los clavos del tronco, cuando
fue increpado por alguien que a su espalda decía: ¿qué pasa con mi árbol?
Al girarse vio a un joven acompañado por dos camareros del restaurante asiático
que utiliza la calle como terraza, con un teléfono móvil conectado en la mano,
que se dirigió nuevamente a él: ¿por qué
fotografía mi árbol? Sorprendido
por esta manifestación de propiedad le manifestó que el árbol en cuestión es un
bien natural de público disfrute, siendo inmediatamente contestado del
siguiente modo: yo pago al Ayuntamiento,
yo cuido el árbol, yo limpio el suelo. Aunque no estaba interesado en
seguir con tan disparada conversación, subida de tono, que intentó acabar, sin
éxito, en dos ocasiones y en la que incluso se le dijo: no me toque (!) le indicó que si en su país cuidar un árbol es
tratarlo de ese modo, aquí es maltratarlo, momento en el que recibió la
siguiente contestación: yo pago al
Ayuntamiento, yo pago impuestos, tú eres racista. No hace falta continuar
con el relato para que los lectores saquen sus propias conclusiones.
Todo esto
ocurre, como ya dijo anteriormente y ahora repite el Presidente de esta
Comunidad de Propietarios, en esa urbanización concebida y promocionada como
residencial abierta, posteriormente reconvertida en reducto de ocio, que
empeora día a día y que aquellos, los autores del invento, bautizaron como Little
Britain en Los Narejos. Estos, los que les sucedieron, no por méritos
propios, sino por deméritos de los anteriores, dejan y dejan hacer. Y sacan
pecho. Un detalle: en la avenida Río Nalón los bancos fueron sustituidos por un
centenar de carteles por el suelo, que la han convertido en una auténtica pista
de obstáculos. ¿Crisis? Claro que hay crisis. Crisis de buen criterio, de
sentido común y de sensibilidad.
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