domingo, 19 de septiembre de 2010

Los vecinos de San Pedro claman contra el mal olor de la fábrica de asfalto


MARÍA JOSÉ GARCERÁN / La Opinión

Alrededor de 400 personas, entre manifestantes y curiosos, asistieron ayer en la plaza del ayuntamiento de San Pedro del Pinatar al acto de protesta contra el mal olor que desprende la fábrica Asfaltos del Sureste, convocada por los vecinos del municipio y por los del Pilar de la Horadada.
La convocatoria de la manifestación, que estaba autorizada por la Delegación del Gobierno y que se llevó a cabo sin incidentes, se realizó principalmente a través de las redes sociales. Los manifestantes, de todas las edades, portaban numerosas pancartas donde se leía «No podemos respirar, Assa fuera ya», «Alcalde, hueles peor que la fábrica», «En mi hogar no olores de Assa» o «Los políticos están para solucionar problemas´», mientras coreaban lemas como «Asfaltos del Sureste, echas mucha peste», «Asfaltera, fuera, fuera, fuera», «Señor alcalde, la cosa está que arde» o «Hasta Campoamor no llega la olor», en alusión a la localidad de residencia de José María García, que fue el principal objetivo de sus críticas.
«Nos asfixiamos en nuestras casas, a medianoche nos despierta el olor y al día siguiente no te encuentras en condiciones», afirmó uno de los vecinos de la zona afectada por la fábrica, quien reconoce que ningún médico ha diagnosticado patología alguna relacionada con los olores de Assa, aunque asegura que «un matrimonio cuyos hijos padecían crisis de asma han mejorado mucho al irse a vivir a otro sitio».
El objetivo de manifestarse, según este vecino, es «dar a entender a las autoridades nuestro problema, pues no tenemos nada en contra de los propietarios de la fábrica, pero sí solicitamos el derecho a respirar un aire limpio».
«El alcalde es la autoridad más inmediata y debería velar por nuestra salud y evitar lo que está pasando», aseguró otra vecina, quien afirmó que se sienten «muy desprotegidos». Así indicó que «hay personas que no han venido porque tienen miedo a las represalias, mientras que otros no quieren ver y dicen que no contamina, pero no podemos vivir, no es cierto que seamos cuatro personas». Los malos olores han ocasionado que varias familias de la zona hayan puesto en venta sus casas, algo a lo que se resisten la mayoría de los vecinos «porque siempre hemos vivido aquí y no tenemos por qué marcharnos».

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