domingo, 19 de septiembre de 2010

CARTAGENA/ El sueño de Qart-Hadast


Miles de personas siguieron ayer en directo al general Asdrúbal en el acto de la Fundación Las tropas carthaginesas vitorearon al estratega y el público respondió a la representación histórica del nacimiento de la ciudad púnica
MARÍA JESÚS GALINDO/ La Opinión

Dice el refrán: El que quiera saber que vaya a Salamanca. Pues tocado y hundido, al menos en lo que se refiere a conocer la historia de Cartagena. Un año más, los carthagineses demostraron ayer, con la representación de la Fundación de Qart-Hadast, que los cartageneros no tienen que traspasar las murallas de la antigua Mastia para conocer su pasado.
Miles de personas distribuidas en la explanada de Héroes de Cavite, la plaza de Juan XIII, el parque de Los Juncos y la explanada del Cartagonova ­–los cuatro escenarios de la representación– acudieron fieles a la cita con los carthagineses. Junto al mar y rodeado de varias tropas, alineadas a ambos lados del escenario, Asdrúbal nombró a Aníbal, hijo del Amílcar –fallecido en la contienda contra los íberos– jefe de la caballería. «Os juro que emplearé el fuego y el hierro para quebrar el destino de Roma», dijo el joven Barca ante el cadáver de su padre, mientras que Asdrúbal aceptó con orgullo el mando de las tropas púnicas.

Ya en Juan XXIII, el general carthaginés, representado por Felipe Moreno –quien debutó ayer como actor principal– se reunió con sus tropas en el campamento, para después marchar hacia el parque de Los Juncos, donde tuvo lugar el nacimiento de la ciudad nueva, fruto del sueño del estratega con Qart-Hadast presentada como una mujer.
Este fue uno de los momentos más intensos de la Fundación, como bien demostraron los versos del guionista del acto, Juan Alberti.
«Los dioses te conceden que, desnudo de afectos, de la fría libertad de las cumbres goces. Quien quiere poco, tiene todo; quien nada tiene, es libre; quien no tiene o desea, hombre, es como los dioses (...)», le susurró Qart–Hadast en sus sueños.
De este modo, gracias a las negociaciones pacíficas de Asdrúbal con los tartesos, la ciudad íbera pasó a ser púnica –en el año 223 antes de Cristo– y se convirtió en Qart-Hadast. El nacimiento de la ciudad nueva dio lugar a la celebración de la Fundación, que tuvo lugar en la explanada del Estadio. No faltaron vítores al general Asdrúbal y tampoco turistas y visitantes que fueron inmortalizando los diferentes momentos de un sueño hecho realidad.

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