El 85% de las viviendas de Jiegu, municipio de la provincia de Qinghai donde se ha localizado el epicentro, han quedado destruidas
Numerosas personas se encuentran atrapadas bajo los escombros, por lo que la cifra de víctimas podría aumentar
La zona afectada está ligada a la etnia tibetana y fue utilizada por el régimen maoísta para enviar a disidentes
Numerosas personas se encuentran atrapadas bajo los escombros, por lo que la cifra de víctimas podría aumentar
La zona afectada está ligada a la etnia tibetana y fue utilizada por el régimen maoísta para enviar a disidentes
Al menos 300 personas han muerto y 8.000 están heridas tras el terremoto de 7,1 grados que ha sacudido la provincia occidental china de Qinghai, según informa la agencia oficial de noticias Xinhua.
Se han venido abajo el 85% de las viviendas de Jiegu, municipio del noroeste de la provincia de Qinghai donde se ha localizado el epicentro, según un portavoz de la prefactura autónoma tibetana de Yushu citado por la agencia estatal Xinhua. "Muchas personas han quedado sepultadas bajo las casas derrumbadas. Hay muchos otros heridos que están recibiendo tratamiento en hospitales locales", ha añadido.
"Nuestros soldados han rescatado a diez personas que estaban atrapadas bajo las casas derrumbadas, pero cuatro de ellas han muerto", ha manifestado un comandante del Comando de las Fuerzas Aéreas del Ejército chino en Yushu, Wu Yong. "La cifra de víctimas podría elevarse ya que hay muchas casas derruidas (...) estamos levantando tiendas de campaña y transportando oxígeno para tratar a los heridos", ha agregado.
Tres réplicas
Alumnos de varios colegios de primaria también se encuentran atrapados bajo los escombros, ha indicado un oficial de la Policía militar china, Shi Huajie, quien está trabajando en las tareas de rescate. "Tenemos que confiar principalmente en nuestras manos, ya que no disponemos de máquinas excavadoras", ha precisado.
El temblor se registró a las 7.49 hora local (1.49 hora peninsular española) en la zona montañosa que sirve de frontera entre la provincia de Qinghai y la región autónoma del Tíbet. Hasta el momento se han detectado tres réplicas del seísmo, según las autoridades chinas. La mayor de ellas, de una intensidad de 6,3 grados, se produjo una hora y 36 minutos después del terremoto.
El 'gulag de China
Qinghai, la provincia afectada por el terremoto, es una zona ligada a la etnia tibetana y utilizada en las épocas del maoísmo para enviar a disidentes y otros enemigos del régimen comunista. Con 720.000 kilómetros cuadrados y 5,3 millones de habitantes, se encuentra en el límite oriental de la meseta tibetana, y los chinos siempre la han identificado como un lugar remoto e inhóspito.
La provincia es una de las más pobres de China (su PIB supone menos del 1% del nacional), pero al mismo tiempo reviste una gran importancia estratégica, ya que es en ella donde nacen los tres grandes ríos de Asia Oriental: el Amarillo, el Yangtsé y el Mekong. Además es zona clave en el conflicto entre China y los tibetanos en el exilio, quienes la reclaman como territorio del Tíbet (en ella nació el actual Dalai Lama).
El 54% de los habitantes de Qinghai pertenecen a la etnia mayoritaria han, mientras que el 23% son tibetanos. En la provincia se libraron en 2008 y 2009 algunos enfrentamientos entre esta última etnia y las autoridades, reflejo de los incidentes ocurridos también por esas fechas en el vecino Tíbet.
La provincia, como todo el oeste de China, se encuentra en una zona de gran actividad sismológica, por la fricción entre las placas india y asiática, aunque muchos de los temblores suelen ocurrir en zonas escasamente pobladas o incluso desiertas. La zona también da nombre al Tren Qinghai-Tíbet, el más alto del mundo, inaugurado en el 2006.
Se han venido abajo el 85% de las viviendas de Jiegu, municipio del noroeste de la provincia de Qinghai donde se ha localizado el epicentro, según un portavoz de la prefactura autónoma tibetana de Yushu citado por la agencia estatal Xinhua. "Muchas personas han quedado sepultadas bajo las casas derrumbadas. Hay muchos otros heridos que están recibiendo tratamiento en hospitales locales", ha añadido.
"Nuestros soldados han rescatado a diez personas que estaban atrapadas bajo las casas derrumbadas, pero cuatro de ellas han muerto", ha manifestado un comandante del Comando de las Fuerzas Aéreas del Ejército chino en Yushu, Wu Yong. "La cifra de víctimas podría elevarse ya que hay muchas casas derruidas (...) estamos levantando tiendas de campaña y transportando oxígeno para tratar a los heridos", ha agregado.
Tres réplicas
Alumnos de varios colegios de primaria también se encuentran atrapados bajo los escombros, ha indicado un oficial de la Policía militar china, Shi Huajie, quien está trabajando en las tareas de rescate. "Tenemos que confiar principalmente en nuestras manos, ya que no disponemos de máquinas excavadoras", ha precisado.
El temblor se registró a las 7.49 hora local (1.49 hora peninsular española) en la zona montañosa que sirve de frontera entre la provincia de Qinghai y la región autónoma del Tíbet. Hasta el momento se han detectado tres réplicas del seísmo, según las autoridades chinas. La mayor de ellas, de una intensidad de 6,3 grados, se produjo una hora y 36 minutos después del terremoto.
El 'gulag de China
Qinghai, la provincia afectada por el terremoto, es una zona ligada a la etnia tibetana y utilizada en las épocas del maoísmo para enviar a disidentes y otros enemigos del régimen comunista. Con 720.000 kilómetros cuadrados y 5,3 millones de habitantes, se encuentra en el límite oriental de la meseta tibetana, y los chinos siempre la han identificado como un lugar remoto e inhóspito.
La provincia es una de las más pobres de China (su PIB supone menos del 1% del nacional), pero al mismo tiempo reviste una gran importancia estratégica, ya que es en ella donde nacen los tres grandes ríos de Asia Oriental: el Amarillo, el Yangtsé y el Mekong. Además es zona clave en el conflicto entre China y los tibetanos en el exilio, quienes la reclaman como territorio del Tíbet (en ella nació el actual Dalai Lama).
El 54% de los habitantes de Qinghai pertenecen a la etnia mayoritaria han, mientras que el 23% son tibetanos. En la provincia se libraron en 2008 y 2009 algunos enfrentamientos entre esta última etnia y las autoridades, reflejo de los incidentes ocurridos también por esas fechas en el vecino Tíbet.
La provincia, como todo el oeste de China, se encuentra en una zona de gran actividad sismológica, por la fricción entre las placas india y asiática, aunque muchos de los temblores suelen ocurrir en zonas escasamente pobladas o incluso desiertas. La zona también da nombre al Tren Qinghai-Tíbet, el más alto del mundo, inaugurado en el 2006.
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