Pajín se dirige a la Cámara en euskera, valenciano y gallego.- Fraga espeta desde su escaño a Pérez Bouza (BNG): "No le consiento lecciones de nada, mucho menos de galleguismo"
PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL - Madrid - 28/04/2010 / El Pais.es
PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL - Madrid - 28/04/2010 / El Pais.es
Todos los grupos del Senado menos el PP han aprobado esta mañana dar un paso más hacia lo que unos han calificado de "normalidad democrática" y otros de "esperpento pintoresco". El pleno de la Cámara alta ha aprobado tomar en consideración, es decir, que se pueda debatir, una reforma del Reglamento para que todas las lenguas oficiales se puedan hablar en todas las sesiones de la Cámara. Todo, tras un debate de una intensidad inédita últimamente, en el que la secretaria de Organización del PSOE ha hablado en cuatro idiomas, Manuel Fraga se ha defendido de "lecciones de galleguismo" y los grupos nacionalistas han mantenido un templado tono institucional.
No había sorpresa en la votación, dado que el PSOE ya dijo la semana pasada que apoyaría esta iniciativa presentada por 34 senadores, al menos para permitir que se debata. El PP lleva desde entonces recordando que los socialistas han impedido el mismo trámite para cuatro proposiciones suyas. El siguiente paso es que la reforma reglamentaria pase a la Comisión de Reglamento y allí se debatan enmiendas hasta llegar a un texto definitivo. El PSOE ha dejado caer que no está de acuerdo con todo lo que proponen los nacionalistas, que implicaría llegar a realizar sesiones de control al Gobierno con traducción simultánea, pero no ha aclarado qué límites planteará ni qué plazo se da para llegar a un acuerdo.
En esta situación, la de los socialistas era la intervención más esperada. Sorprendió que tomara la palabra la número tes del partido en persona. Empezó por asegurar que ella tenía la suerte de conocer tres lenguas (castellano, valenciano y euskera), y a continuación hizo alarde de ello al dirigirse al pleno en cuatro (añadió el gallego). El vídeo de Pajín hablando en euskera pasará a los anales de la Cámara y es quizá el preludio de lo que pueda verse dentro de un plazo indeterminado de meses.
"Cuando está hablando un grupo de senadores en catalán y se une uno que no sabe, inmediatamente se pasa al castellano. Lo hacemos con normalidad en los pasillos y lo hacen los ciudadanos", describió Pajín. "Seguramente lo que vamos a hacer aquí es histórico, pero no es nada anormal".
Esta idea ya la había presentado antes el portavoz de CiU, Jordi Vilajoana. Quizá el mayor éxito de los senadores nacionalistas fue el esfuerzo que hicieron por presentar la iniciativa desde la no confrontación. Uno tras otro, hablaron de normalidad, de un Estado plurilingüe, de hablar en el plano como se habla en los pasillos, del avance democrático que supondría, del reconocimiento de la pluralidad. El tono institucional fue el gran logro del debate por parte de los nacionalistas. Consiguieron así retratar ciertas carencias en la oposición del PP, y dejar fuera de foco un duro discurso, desconcertante en su siempre moderado e ingenioso portavoz de Cultura Juan Van-Halen, que se centró en llamar "pintoresco" y "ridículo" algo a lo que senadores catalanes o vascos apelaban en nombre de su cultura.
En este contexto, cuando un senador menciona a Manuel Fraga, ex presidente de la Xunta de Galicia y fundador del PP, puede tener una cosa segura: le va a contestar. El senador más veterano de la Cámara, de 84 años, sólo interviene cuando alguien le busca las cosquillas. Esta mañana lo consiguió el senador del BNG Xosé Manuel Pérez Bouza, cuando dijo que le preocupaba especialmente el voto en contra de su ex presidente, entusiasta autonomista.
Fraga pidió la palabra por alusiones. Se levantó de su escaño y con sorprendente energía lanzó a la Cámara: "He servido a Galicia durante bastantes años, he tenido el honor de ser su presidente. Me siento profundamente gallego, que es mi forma de ser español. No le consiento a este señor que acaba de hablar que me dé lecciones de nada. ¡Y mucho menos de galleguismo!". Los aplausos tronaron en la bancada popular. Pérez Bouza fue el único senador firmante de la propuesta que entró en el cuerpo a cuerpo con el PP.
El uso de las lenguas en las Cortes es una aspiración histórica de los partidos nacionalistas y una de las casusas de que esté bloqueada la reforma del Reglamento del Congreso. En el Senado, se admitió la legislatura pasada el libre uso de todas las lenguas en una sesión de la Comisión de Comunidades Autónomas del Senado, con traducción simultánea. Este modelo es el que pretende extenderse a toda la Cámara.
En esta situación, la de los socialistas era la intervención más esperada. Sorprendió que tomara la palabra la número tes del partido en persona. Empezó por asegurar que ella tenía la suerte de conocer tres lenguas (castellano, valenciano y euskera), y a continuación hizo alarde de ello al dirigirse al pleno en cuatro (añadió el gallego). El vídeo de Pajín hablando en euskera pasará a los anales de la Cámara y es quizá el preludio de lo que pueda verse dentro de un plazo indeterminado de meses.
"Cuando está hablando un grupo de senadores en catalán y se une uno que no sabe, inmediatamente se pasa al castellano. Lo hacemos con normalidad en los pasillos y lo hacen los ciudadanos", describió Pajín. "Seguramente lo que vamos a hacer aquí es histórico, pero no es nada anormal".
Esta idea ya la había presentado antes el portavoz de CiU, Jordi Vilajoana. Quizá el mayor éxito de los senadores nacionalistas fue el esfuerzo que hicieron por presentar la iniciativa desde la no confrontación. Uno tras otro, hablaron de normalidad, de un Estado plurilingüe, de hablar en el plano como se habla en los pasillos, del avance democrático que supondría, del reconocimiento de la pluralidad. El tono institucional fue el gran logro del debate por parte de los nacionalistas. Consiguieron así retratar ciertas carencias en la oposición del PP, y dejar fuera de foco un duro discurso, desconcertante en su siempre moderado e ingenioso portavoz de Cultura Juan Van-Halen, que se centró en llamar "pintoresco" y "ridículo" algo a lo que senadores catalanes o vascos apelaban en nombre de su cultura.
En este contexto, cuando un senador menciona a Manuel Fraga, ex presidente de la Xunta de Galicia y fundador del PP, puede tener una cosa segura: le va a contestar. El senador más veterano de la Cámara, de 84 años, sólo interviene cuando alguien le busca las cosquillas. Esta mañana lo consiguió el senador del BNG Xosé Manuel Pérez Bouza, cuando dijo que le preocupaba especialmente el voto en contra de su ex presidente, entusiasta autonomista.
Fraga pidió la palabra por alusiones. Se levantó de su escaño y con sorprendente energía lanzó a la Cámara: "He servido a Galicia durante bastantes años, he tenido el honor de ser su presidente. Me siento profundamente gallego, que es mi forma de ser español. No le consiento a este señor que acaba de hablar que me dé lecciones de nada. ¡Y mucho menos de galleguismo!". Los aplausos tronaron en la bancada popular. Pérez Bouza fue el único senador firmante de la propuesta que entró en el cuerpo a cuerpo con el PP.
El uso de las lenguas en las Cortes es una aspiración histórica de los partidos nacionalistas y una de las casusas de que esté bloqueada la reforma del Reglamento del Congreso. En el Senado, se admitió la legislatura pasada el libre uso de todas las lenguas en una sesión de la Comisión de Comunidades Autónomas del Senado, con traducción simultánea. Este modelo es el que pretende extenderse a toda la Cámara.
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