Los médicos andaluces aprenden a trabajar con tecnologías robóticas.
Natalia Sanmartin Fenollera - Madrid - 08/03/2010/ CincoDías.com
Se llama Da Vinci. Ha realizado 404 intervenciones desde que llegó en 2007 a la sanidad andaluza y ha formado -sólo durante el año pasado- a un total de 153 colegas en los entresijos de la cirugía robotizada. Su trabajo es exacto, minucioso y eficiente. Trabaja duro y no se cansa. Por algo Da Vinci no es un cirujano: es un robot.
Desde que Andalucía implantó el uso de la cirugía robótica en el sistema de salud, se han llevado a cabo un total de 171 intervenciones en el Hospital Regional de Málaga y de 233 en el Virgen del Rocío de Sevilla. Todas ellas se han desarrollado en el campo de la urología, la ginecología, la oncología, y la cardiología.
De esta forma, Da Vinci se ha empleado para las recepciones radicales de próstata (extirparción de la próstata); para las extracciones de los tumores malignos del recto; para las histerectomías (extirpación del útero); para las reparaciones de la válvula mitral y para la realización de bypass coronarios. El centro malagueño ha realizado 130 intervenciones en el ámbito de la urología, 19 de cirugía cardiovascular y 22 de cirugía general. En cuanto al sevillano, el mayor número de actuaciones también se han llevado a cabo en urología (91), seguidas de 69 de cirugía general, 65 de ginecología y 8 de cardiología.
Sin desplazarse a Estrasburgo
Los robots no actúan sólo como cirujanos en la medicina actual, también ejercen de profesores. Sólo a lo largo de 2009 un total de 153 cirujanos han aprendido a utilizar la tecnología Da Vinci en el Complejo Multifuncional Avanzado de Simulación e Innovación Tecnológica (CMAT) de Granada. Estas instalaciones, gestionadas por la Fundación Iavante, están especializadas en la formación de los profesionales sanitarios al hacer uso de metodología y tecnología de simulación y realidad virtual de última generación.
El robot Da Vinci destinado a formación está operativo en Andalucía desde 2008, lo que evita que los profesionales tengan que desplazarse hasta Estrasburgo (Francia) para adiestrarse en el manejo de esta técnica quirúrgica como debían hacer hasta esa fecha. Según explican desde la sanidad andaluza, "la adquisición de esta tecnología sitúa a Andalucía como centro referente de Europa e Hispanoamérica para la formación en el manejo de esta tecnología".
Fruto de esa formación, el año pasado 31 equipos quirúrgicos acreditaron su capacitación para el uso de Da Vinci: 15 de ellos de urología, 10 de cirugía general y digestiva y 6 de ginecología. Además, se han realizado otros seis cursos de entrenamiento específico en robótica avanzada, algunos de ellos experimentales, como es el caso de la cirugía cardiovascular.
Los secretos de operar con cuatro brazos mecánicos
El robot quirúrgico está dotado de cuatro brazos provistos de los instrumentos necesarios para llevar a cabo la operación. El cirujano gobierna el Da Vinci a través del uso de controles localizados en un espacio virtual en 3D que permite que, cuando se accionan, se digitalice la información y que ésta se transmita a los brazos del robot. Éstos reproducen fielmente, y con alta precisión los movimientos de las manos del cirujano en tiempo real. Esta característica supone un importante salto cualitativo si se tiene en cuenta que la cirugía implica movimientos rápidos y delicados.
Se llama Da Vinci. Ha realizado 404 intervenciones desde que llegó en 2007 a la sanidad andaluza y ha formado -sólo durante el año pasado- a un total de 153 colegas en los entresijos de la cirugía robotizada. Su trabajo es exacto, minucioso y eficiente. Trabaja duro y no se cansa. Por algo Da Vinci no es un cirujano: es un robot.
Desde que Andalucía implantó el uso de la cirugía robótica en el sistema de salud, se han llevado a cabo un total de 171 intervenciones en el Hospital Regional de Málaga y de 233 en el Virgen del Rocío de Sevilla. Todas ellas se han desarrollado en el campo de la urología, la ginecología, la oncología, y la cardiología.
De esta forma, Da Vinci se ha empleado para las recepciones radicales de próstata (extirparción de la próstata); para las extracciones de los tumores malignos del recto; para las histerectomías (extirpación del útero); para las reparaciones de la válvula mitral y para la realización de bypass coronarios. El centro malagueño ha realizado 130 intervenciones en el ámbito de la urología, 19 de cirugía cardiovascular y 22 de cirugía general. En cuanto al sevillano, el mayor número de actuaciones también se han llevado a cabo en urología (91), seguidas de 69 de cirugía general, 65 de ginecología y 8 de cardiología.
Sin desplazarse a Estrasburgo
Los robots no actúan sólo como cirujanos en la medicina actual, también ejercen de profesores. Sólo a lo largo de 2009 un total de 153 cirujanos han aprendido a utilizar la tecnología Da Vinci en el Complejo Multifuncional Avanzado de Simulación e Innovación Tecnológica (CMAT) de Granada. Estas instalaciones, gestionadas por la Fundación Iavante, están especializadas en la formación de los profesionales sanitarios al hacer uso de metodología y tecnología de simulación y realidad virtual de última generación.
El robot Da Vinci destinado a formación está operativo en Andalucía desde 2008, lo que evita que los profesionales tengan que desplazarse hasta Estrasburgo (Francia) para adiestrarse en el manejo de esta técnica quirúrgica como debían hacer hasta esa fecha. Según explican desde la sanidad andaluza, "la adquisición de esta tecnología sitúa a Andalucía como centro referente de Europa e Hispanoamérica para la formación en el manejo de esta tecnología".
Fruto de esa formación, el año pasado 31 equipos quirúrgicos acreditaron su capacitación para el uso de Da Vinci: 15 de ellos de urología, 10 de cirugía general y digestiva y 6 de ginecología. Además, se han realizado otros seis cursos de entrenamiento específico en robótica avanzada, algunos de ellos experimentales, como es el caso de la cirugía cardiovascular.
Los secretos de operar con cuatro brazos mecánicos
El robot quirúrgico está dotado de cuatro brazos provistos de los instrumentos necesarios para llevar a cabo la operación. El cirujano gobierna el Da Vinci a través del uso de controles localizados en un espacio virtual en 3D que permite que, cuando se accionan, se digitalice la información y que ésta se transmita a los brazos del robot. Éstos reproducen fielmente, y con alta precisión los movimientos de las manos del cirujano en tiempo real. Esta característica supone un importante salto cualitativo si se tiene en cuenta que la cirugía implica movimientos rápidos y delicados.
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