lunes, 20 de julio de 2009

REGIÓN/ Limusa pagó viajes a Madrid y a Barcelona al interventor y a ediles para ver la 'Champions'

El gerente Gil Eguino apuntaba en las facturas el nombre de quienes participaban en los desplazamientos y en las fiestas, e incluso de quienes le acompañaban a clubes de alterne
PILAR WALS / RICARDO FERNÁNDEZ LORCA / MURCIA/ La Verdad
La regla sagrada y no escrita de quienes frecuentan los clubes de alterne es la discreción. La más absoluta discreción. Antes tendría un desliz una momia egipcia de la primera dinastía de los faraones que cualquier aficionado al sexo fácil y de pago. Pero parece que el ex gerente de Limusa, Francisco Gil Eguino, sea cual fuere su grado de afición a ese tipo de locales de esparcimiento y solaz, tenía sobre todo la afición de apuntarlo todo con minuciosidad de contable de posguerra.
Y aunque sin duda su boca siempre ha permanecido bien cerrada en ése y otros asuntos, son tales anotaciones las que han puesto ahora en un delicado brete judicial tanto a él como a sus acompañantes. Habrá quien señale que a nadie importa cómo y con quienes pasaban sus ratos libre Gil Eguino y algunos compañeros de correrías. Así es, y así debe ser. Salvo el supuesto, que es el que investiga ahora la justicia, de que las fiestas se las corrieran con dinero público. Eso serían palabras mayores, que tienen su oportuna traducción en el Código Penal: malversación de caudales públicos.
CLUB DE ALTERNE 'LA CASITA'
EL MÁS AFAMADO DE SEVILLA
Relata el juez Sergio Romero Cobo en su auto de levantamiento de secreto de las actuaciones, que La Verdad viene desvelando en exclusiva desde hace tres días, que desde la empresa pública de limpieza de Lorca (Limusa), y más concretamente por quien fue su gerente, Francisco Gil Eguino, se pagaron en efectivo o con tarjeta de esa entidad «múltiples viajes, comidas en restaurantes de lujo (incluidas en algunos casos las copas, tabaco y propinas), comidas en fines de semana y hasta dos viajes a Sevilla en los que se efectuaron importantes cargos por elevados importes en una casa de alterne de la citada ciudad».
Fuentes de la investigación señalan que el citado establecimiento es La Casita, todo un clásico en Sevilla y quizás, también, el más caro.
Es esa obsesión del ex gerente de Limusa por las anotaciones manuscritas la que ha metido en su lío a dos ex concejales lorquinos, en la actualidad diputados, Bartolomé Soler (PSOE) y José Antonio Pujante (IU-LV), que aparecen señalados en los apuntes como dos de las personas que acompañaron al propio Gil Eguino al prostíbulo.
Aunque éste, en su declaración judicial, aseguró no recordar quiénes habían sido sus compañeros de fiesta nocturna en los dos viajes que se hicieron a Sevilla en los años 2004 y 2006, el juez se basa en las citadas anotaciones para apuntar, de forma indiciaria, a los dos diputados, y es por ello, por su condición de aforados, que remite las actuaciones al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia. Lo que tiene claro el instructor es que «resulta difícil pensar» que los gastos en el local de alterne fueron efectuados sólo por Gil Eguino, debido a lo elevado de los mismos.
Justo es reseñar que Pujante ha reconocido haber estado en uno de los viajes a Sevilla, pero ha rechazado tajantemente su presencia en el club y ha apuntado incluso con querellarse contra el juez por sus imputaciones.
PARTIDOS DE COPA DE EUROPA
LOS VIAJES A MADRID Y BARCELONA
Item más sobre las anotaciones de Gil Eguino. Las facturas con apuntes manuscritos del ex gerente de Limusa han resultado una mina para los investigadores de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional, que las ha intervenido por decenas. Entre ellas figuran muchas referidas a «viajes, comidas y gastos impropios» del cargo que ocupaban algunos concejales y hasta quien fue el interventor del Ayuntamiento de Lorca entre 1996 y 2007: Francisco Javier Poyato Ariza.
Fueron Poyato Ariza y el concejal socialista Jesús Molina Martínez quienes, junto a Gil Eguino, y siempre según el auto judicial, se desplazaron en varias ocasiones a Madrid y a Barcelona, con cargo a las cuentas de Limusa, para asistir a partidos de la Copa de Europa. Ambos, en sus manifestaciones como imputados, han admitido la realidad de tales viajes y de su presencia en el Santiago Bernabeu y en el Camp Nou. Y ello, por supuesto, y como reconoció el propio Molina Martínez, «sin que existiera razón laboral alguna para asistir a tales lugares».
VISTA GORDA EN INTERVENCIÓN
EL DESCONTROL DE LAS CUENTAS
El juez instructor llega a la conclusión de que, teniendo en cuenta que el propio interventor municipal disfrutaba de viajes de ocio a cuenta de Limusa, y que funcionarios de ese departamento recibieron supuestamente sobres con dinero de la empresa pública en concepto de premios o gratificaciones, no es de extrañar que nadie tuviera voluntad alguna de fiscalizar las cuentas de Limusa.
Incluso reseña el magistrado la circunstancia, «absolutamente anómala», de que en un informe encargado en el año 2007 por la nueva corporación municipal, presidida por el popular Francisco Jódar, no se denunciara desde la Intervención irregularidad alguna en Limusa. El interventor accidental se limitó a comprobar si los cargos a la empresa pública estaban respaldado por facturas, en vez de comprobar si esos gastos estaban justificados o eran, como parece, absolutamente irregulares.
El descontrol era tan enorme que el propio Gil Eguino, según el juez, se aprovechó económicamente de ello. Existe constancia documental de, al menos, una factura supuestamente falsificada que Gil Eguino habría cargado a Limusa y que le habría reportado 15.000 euros en metálico. Los cobró con cinco pagarés de 3.000 euros.

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