La Mar de Músicas
La trompeta de Guajiro Mirabal, la guitarra de Manuel Galbán, el laúd de Barbarito Torres y las congas de Ángel Terry, siguen siendo parte de la mítica formación
‘Chan chan’, ‘El cuarto de Tula’, ‘Candela’, ‘Orgullecida’, ‘El carretero’, ‘Dos gardenias’... sones, boleros, danzones y guajiras que se grabaron en marzo de 1996 en los vetustos estudios de la Egrem, en La Habana. Dijo entonces Ry Cooder, el hombre que tocó con los Rolling Stones y grabó a dúo con Ali Farka Touré y con Vishma Mohan Bhatt, el autor de bandas sonoras como ‘Paris, Texas’, el maestro de la ‘slide guitar’ -técnica de tocar la guitarra con un dedal de metal o cristal-: tengo la impresión de que me he pasado la vida preparándome para esto. ‘Buena Vista Social Club’, título de un danzón de Cachao inspirado por un antiguo centro de recreo habanero, se convirtió prácticamente en una marca tras el éxito descomunal del disco homónimo: se supone que ocho millones de ejemplares vendidos ¡y continúa vendiéndose!. Más de diez años han pasado años desde los conciertos en el teatro Carré de Amsterdam (abril de 1998) y el Carnegie Hall de Nueva York (julio de 1998). Los únicos que reunieron sobre un mismo escenario a todos sus protagonistas –incluído Cooder-. Wim Wenders, que dirigió la película ‘Buena Vista Social Club’, afirma que un momento resumía todo el proyecto: al terminar ‘Silencio’, en el primero de los dos conciertos de Amsterdam, Omara Portuondo empieza a llorar e Ibrahim Ferrer le seca las lágrimas con su pañuelo. “Silencio, que están durmiendo los nardos y las azucenas, / no quiero que sepan mis penas / porque, si me ven llorando, / morirán”. Mañana martes 21 de julio se podrán escuchar en el Auditorio Parque Torres a eso de las 23:00 horas todas esas ya míticas canciones con algunos de los antiguos componentes de la Orquesta Buena Vista Social Club.
Cuando se estrenó en la Berlinale, en febrero de 1999, el crítico de cine Ángel Fernández-Santos escribió que, en la pantalla de ‘Buena Vista Social Club’, suenan, se mueven y la hacen reventar de vida auténticas leyendas cubanas vivientes. Además del documental se publicó un libro -editado en España por Gustavo Gili- con imágenes del rodaje y retratos de los músicos firmados por Donata, la mujer de Wenders. No todo el mundo recibió con alegría el éxito internacional de ‘BVSC’. Diego A. Manrique se hizo eco del descontento de muchos salseros y raperos cubanos ante ese maremoto de nostalgia que, finalmente, los había barrido. Hace unos meses que Nick Gold y su sello World Circuit han puesto por fin al alcance de todos la grabación del maravilloso concierto de aquellos cubanos de otra época con el guitarrista californiano Ry Cooder en Nueva York. Ya no están entre nosotros muchos de aquellos héroes de la música tradicional cubana: ni el sonero Compay Segundo –la alcaldesa de Cartagena no habrá olvidado su galantería decimonónica-, ni el pianista Rubén Gonzalez, ni los cantantes Ibrahim Ferrer, Pío Leyva y Manuel ‘Puntillita’ Licea, ni el contrabajista Cachaíto López –el último en dejarnos-. Eliades Ochoa se bajó hace tiempo del navío y tampoco Omara Portuondo forma ya parte del elenco por asuntos propios.
Sin duda que Guajiro Mirabal, con su trompeta, y el guitarrista Manuel Galbán mantendrán alto el listón. Con ellos van a estar el laúd virtuoso de Barbarito Torres y las congas de Ángel Terry. Todo bajo la dirección musical del trombonista Jesús Aguaje, garantía de orquesta bien sabrosa, que por algo en Cuba vieron nacer a la Banda Gigante de Benny Moré. La cantante Idania Valdés tendrá que hacer de Omara, el pianista Rolando Luna lo imposible por emular al bueno de Rubén y el cantante Carlos Calunga hacernos olvidar al entrañable Ibrahim. Y se escuchará, una noche más, “De Alto Cedro voy para Marcané, llego a Cueto voy para Mayarí...” (‘Chan chan’). Porque la vida sigue en ‘Buena Vista Social Club’.
ORQUESTA TÍPICA FERNÁNDEZ FIERRO
Una típica es un conjunto dedicado a tocar tangos. La Fernández Fierro -nombre de ficción- construye su repertorio desde arreglos propios, aunque respetuosos, de tangos tradicionales y de su autoría. O sea, al margen de las composiciones propias, obras de Pugliese, Piazzolla, Carlos Di Sarli, Julio De Caro... Su cantante, Walter ‘Chino’ Laborde, interpreta clásicos como ‘Che bandoneón’, de Anibal Troilo y Homero Manzi, o la ‘Canción desesperada’, de Discépolo. Por cierto que Laborde es quien hacía el papel de Alberto Castillo en la deliciosa película argentina ‘Luna de Avellaneda’. Doce músicos renovadores, que en estos últimos meses se han presentado en el Barbican de Londres y el New Morning de París, y que tocan con rigor técnico y desenfado escénico. Sus discos –todos independientes- son ‘Envasado en origen’ (2001), ‘Destrucción masiva’ (2003) y ‘Vivo en Europa’ (2004) -bautizado por ellos como disco pirata oficial-, además del DVD ‘Tango antipánico’, un directo en el club La Trastienda de Buenos Aires en octubre de 2005. Lo último es ‘Mucha mierda’, que grabaron en el Auditorio de la Biblioteca Nacional en mayo del 2006. Actuarán también mañana en la plaza del Ayuntamiento. A las 20:00 horas.
La OTFF, a la que también se puede escuchar en el disco colectivo ‘A Bush no le va a gustar’, protagoniza el documental ‘Orquesta Típica’, de Nicolás Entel. El productor y director de cine comenta que "todo comenzó cuando estaba caminando por San Telmo, y vi a 12 jóvenes que parecían estrellas de rock, empujando un piano, luego los escuché tocar y el sonido era elaborado, al tiempo que despiadado y poderoso. Lleno de belleza". Los de la OTFF, organizados en una especie de cooperativa, se reparten las tareas. En el barrio porteño del Abasto han convertido un antiguo taller mecánico en teatro o café concert: el Club Atlético Fernández Fierro (CAFF), en Sánchez de Bustamante 764, que ofrece actuaciones todos los sábados. Antes los muchachos le tomaban el pulso a la calle: los domingos, si el tiempo lo permitía, tocaban en una calle de San Telmo. ¿Seguirán haciéndolo?
La trompeta de Guajiro Mirabal, la guitarra de Manuel Galbán, el laúd de Barbarito Torres y las congas de Ángel Terry, siguen siendo parte de la mítica formación
‘Chan chan’, ‘El cuarto de Tula’, ‘Candela’, ‘Orgullecida’, ‘El carretero’, ‘Dos gardenias’... sones, boleros, danzones y guajiras que se grabaron en marzo de 1996 en los vetustos estudios de la Egrem, en La Habana. Dijo entonces Ry Cooder, el hombre que tocó con los Rolling Stones y grabó a dúo con Ali Farka Touré y con Vishma Mohan Bhatt, el autor de bandas sonoras como ‘Paris, Texas’, el maestro de la ‘slide guitar’ -técnica de tocar la guitarra con un dedal de metal o cristal-: tengo la impresión de que me he pasado la vida preparándome para esto. ‘Buena Vista Social Club’, título de un danzón de Cachao inspirado por un antiguo centro de recreo habanero, se convirtió prácticamente en una marca tras el éxito descomunal del disco homónimo: se supone que ocho millones de ejemplares vendidos ¡y continúa vendiéndose!. Más de diez años han pasado años desde los conciertos en el teatro Carré de Amsterdam (abril de 1998) y el Carnegie Hall de Nueva York (julio de 1998). Los únicos que reunieron sobre un mismo escenario a todos sus protagonistas –incluído Cooder-. Wim Wenders, que dirigió la película ‘Buena Vista Social Club’, afirma que un momento resumía todo el proyecto: al terminar ‘Silencio’, en el primero de los dos conciertos de Amsterdam, Omara Portuondo empieza a llorar e Ibrahim Ferrer le seca las lágrimas con su pañuelo. “Silencio, que están durmiendo los nardos y las azucenas, / no quiero que sepan mis penas / porque, si me ven llorando, / morirán”. Mañana martes 21 de julio se podrán escuchar en el Auditorio Parque Torres a eso de las 23:00 horas todas esas ya míticas canciones con algunos de los antiguos componentes de la Orquesta Buena Vista Social Club.
Cuando se estrenó en la Berlinale, en febrero de 1999, el crítico de cine Ángel Fernández-Santos escribió que, en la pantalla de ‘Buena Vista Social Club’, suenan, se mueven y la hacen reventar de vida auténticas leyendas cubanas vivientes. Además del documental se publicó un libro -editado en España por Gustavo Gili- con imágenes del rodaje y retratos de los músicos firmados por Donata, la mujer de Wenders. No todo el mundo recibió con alegría el éxito internacional de ‘BVSC’. Diego A. Manrique se hizo eco del descontento de muchos salseros y raperos cubanos ante ese maremoto de nostalgia que, finalmente, los había barrido. Hace unos meses que Nick Gold y su sello World Circuit han puesto por fin al alcance de todos la grabación del maravilloso concierto de aquellos cubanos de otra época con el guitarrista californiano Ry Cooder en Nueva York. Ya no están entre nosotros muchos de aquellos héroes de la música tradicional cubana: ni el sonero Compay Segundo –la alcaldesa de Cartagena no habrá olvidado su galantería decimonónica-, ni el pianista Rubén Gonzalez, ni los cantantes Ibrahim Ferrer, Pío Leyva y Manuel ‘Puntillita’ Licea, ni el contrabajista Cachaíto López –el último en dejarnos-. Eliades Ochoa se bajó hace tiempo del navío y tampoco Omara Portuondo forma ya parte del elenco por asuntos propios.
Sin duda que Guajiro Mirabal, con su trompeta, y el guitarrista Manuel Galbán mantendrán alto el listón. Con ellos van a estar el laúd virtuoso de Barbarito Torres y las congas de Ángel Terry. Todo bajo la dirección musical del trombonista Jesús Aguaje, garantía de orquesta bien sabrosa, que por algo en Cuba vieron nacer a la Banda Gigante de Benny Moré. La cantante Idania Valdés tendrá que hacer de Omara, el pianista Rolando Luna lo imposible por emular al bueno de Rubén y el cantante Carlos Calunga hacernos olvidar al entrañable Ibrahim. Y se escuchará, una noche más, “De Alto Cedro voy para Marcané, llego a Cueto voy para Mayarí...” (‘Chan chan’). Porque la vida sigue en ‘Buena Vista Social Club’.
ORQUESTA TÍPICA FERNÁNDEZ FIERRO
Una típica es un conjunto dedicado a tocar tangos. La Fernández Fierro -nombre de ficción- construye su repertorio desde arreglos propios, aunque respetuosos, de tangos tradicionales y de su autoría. O sea, al margen de las composiciones propias, obras de Pugliese, Piazzolla, Carlos Di Sarli, Julio De Caro... Su cantante, Walter ‘Chino’ Laborde, interpreta clásicos como ‘Che bandoneón’, de Anibal Troilo y Homero Manzi, o la ‘Canción desesperada’, de Discépolo. Por cierto que Laborde es quien hacía el papel de Alberto Castillo en la deliciosa película argentina ‘Luna de Avellaneda’. Doce músicos renovadores, que en estos últimos meses se han presentado en el Barbican de Londres y el New Morning de París, y que tocan con rigor técnico y desenfado escénico. Sus discos –todos independientes- son ‘Envasado en origen’ (2001), ‘Destrucción masiva’ (2003) y ‘Vivo en Europa’ (2004) -bautizado por ellos como disco pirata oficial-, además del DVD ‘Tango antipánico’, un directo en el club La Trastienda de Buenos Aires en octubre de 2005. Lo último es ‘Mucha mierda’, que grabaron en el Auditorio de la Biblioteca Nacional en mayo del 2006. Actuarán también mañana en la plaza del Ayuntamiento. A las 20:00 horas.
La OTFF, a la que también se puede escuchar en el disco colectivo ‘A Bush no le va a gustar’, protagoniza el documental ‘Orquesta Típica’, de Nicolás Entel. El productor y director de cine comenta que "todo comenzó cuando estaba caminando por San Telmo, y vi a 12 jóvenes que parecían estrellas de rock, empujando un piano, luego los escuché tocar y el sonido era elaborado, al tiempo que despiadado y poderoso. Lleno de belleza". Los de la OTFF, organizados en una especie de cooperativa, se reparten las tareas. En el barrio porteño del Abasto han convertido un antiguo taller mecánico en teatro o café concert: el Club Atlético Fernández Fierro (CAFF), en Sánchez de Bustamante 764, que ofrece actuaciones todos los sábados. Antes los muchachos le tomaban el pulso a la calle: los domingos, si el tiempo lo permitía, tocaban en una calle de San Telmo. ¿Seguirán haciéndolo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario