ALEXIA SALAS SAN JAVIER/ La Verdad
Pescador del Mar Menor desde los 16 años. «Me lo conozco de punta a punta, de noche y de día, con los ojos cerrados», dice Salvador Lucas, uno de los marineros veteranos de Santiago de la Ribera. Ya quedan pocos en la localidad costera, pues la mayoría se agrupa en la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, y además los que quedan echando las redes en la laguna cada madrugada tienen sobre todo hijas, por lo que no esperan que los aperos de pesca que heredaron de sus padres vayan más allá de su generación. Es el caso de Salvador Lucas, quien empezó junto a su padre pescador, hace varias décadas. «El Mar Menor era una maravilla», cuenta el ribereño. «Sólo veías barcos de vela latina y remo, ahora los barcos de motor deportivos te rompen las redes», cuenta sobre la eterna pugna de los pescadores con los paseantes de la laguna.
Lucas dejó hace unos años las redes para transportar turistas a la isla Perdiguera, antes famosa por su chiringuito de sardinas. Había que seguir llevando dinero a casa, pero nunca dejar el Mar Menor. Por eso los pescadores aseguran que nunca se retiran. La Comisión de Fiestas de La Ribera y el Ayuntamiento acaban de rendirle un homenaje por su vida dedicada al mar, que recibió emocionado junto a su hija. La entrega del título de Pescador del Año, que anualmente concede la Comisión de Fiestas de La Ribera se celebró tras la procesión de la Virgen del Carmen. Por primera vez, las amas de casa de la localidad se vistieron de marineras, con faldas de rayas y sombreros de paja, para acompañar a la patrona.
Lucas dejó hace unos años las redes para transportar turistas a la isla Perdiguera, antes famosa por su chiringuito de sardinas. Había que seguir llevando dinero a casa, pero nunca dejar el Mar Menor. Por eso los pescadores aseguran que nunca se retiran. La Comisión de Fiestas de La Ribera y el Ayuntamiento acaban de rendirle un homenaje por su vida dedicada al mar, que recibió emocionado junto a su hija. La entrega del título de Pescador del Año, que anualmente concede la Comisión de Fiestas de La Ribera se celebró tras la procesión de la Virgen del Carmen. Por primera vez, las amas de casa de la localidad se vistieron de marineras, con faldas de rayas y sombreros de paja, para acompañar a la patrona.
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