sábado, 8 de junio de 2013

Los expertos proponen desligar las pensiones del IPC y calcular las nuevas con la esperanza de vida

  • Sugieren que las pensiones solo aumenten si los ingresos del sistema suben
  • La esperanza de vida, uno de los factores para calcular las nuevas pensiones
  • El comité propone que se aplique el factor de sostenibilidad "lo antes posible"
  • El documento se ha aprobado con un voto en contra, una abstención y 10 a favor
  • El Gobierno quiere llevar a finales de julio al Congreso el proyecto de ley

PEDRO L. MANJON / D. FLORES 
07.06.2013
El comité de doce expertos al que el Gobierno pidió su opinión sobre la reforma del sistema de pensiones ha aprobado su informe definitivo en el que propone por una parte que la subida de las pensiones deje de depender solo del IPC y, por otra, que las nuevas pensiones incluyan la esperanza de vida para calcularlas, reduciéndose a medida que ésta aumente. Sugieren además que las pensiones solo aumenten si los ingresos del sistema suben por encima del crecimiento del número de pensiones.
El documento ya está en poder del Ejecutivo, que es quien tiene la última palabra, que lo mandará a los agentes sociales y el Pacto de Toledo. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha anunciado este viernes que la intención del Gobierno es llevar a finales de julio al Congreso el proyecto de ley que incluirá la definición del factor de sostenibilidad de las pensiones.
Según ha informado en rueda de prensa Rafael Doménech, miembro del comité de expertos, "el factor de sostenibilidad se componen de dos fórmulas: el factor de equidad intergeneracional (FEI) -para calcular la pensión futura- y el factor de revalorización anual (FRA)".

Revalorización de las pensiones

El documento propone que la subida de las pensiones deje de depender solo del IPC, como hasta ahora: estaría también en función del número de pensiones y de la diferencia entre ingresos y gastos del sistema de Seguridad Social. Y, según los expertos, a medio y largo plazo permitirá que las pensiones aumenten. Eso sí, la pensión podría llegar a congelarse en términos nominales en el peor de los casos.
Ese factor de revalorización anual, el FRA, "se calculará en función del crecimiento de los ingresos, del número de pensiones, del efecto sustitución (derivado de que los pensionistas que entran anualmente en el sistema lo hacen con pensiones distintas de los que salen), así como de la diferencia entre ingresos y gastos del sistema de pensiones", se establece en el texto.
Es decir, que las pensiones crecerían más si suben los ingresos del sistema, para lo que debería haber (por ejemplo) más personas cotizando y menos jubilados. Los ingresos podrían venir, también, de las transferencias del Estado o de la subida de las cotizaciones sociales. Pero las pensiones podrían llegar a congelarse si pasa lo contrario: bajan los ingresos de la Seguridad Social al haber menos trabajadores.
El objetivo del factor de revalorización anual es "el equilibrio presupuestario a lo largo del ciclo económico", aseguran los expertos, que destacan que se pretende revalorizar la pension en un ciclo económico, no año a año.
Los expertos consideran que este factor, que se aplicaría a todos los pensionistas (a los actuales y a los futuros), provocará una "disminución significativa" de la prestación media en comparación con el salario medio. Pero también han señalado que, en el peor de los casos, los jubilados nunca cobrarían menos, se congelaría su pensión en términos nominales.
El informe explica que, en cualquier caso, a no ser que "se lleven a cabo reformas estructurales que den lugar a un aumento importante del número de cotizantes" la pensión media real bajaría, para lo que piden que se establezca un suelo.
Para evitar esta situación, los expertos apuntan que se pueden tomar tres opciones. Por un lado, se podrían adoptar reformas para "conseguir más cotizantes", se podrían aumentar los ingresos públicos (incremento de cotizaciones sociales) o "se podría asumir que la situación sea así".

Nuevas jubilaciones: la esperanza de vida cuenta

Para los nuevos jubilados, la cuantía inicial de su pensión dependería de un nuevo factor de equidad intergeneracional, que propone que la pensión inicial tenga en cuenta la esperanza de vida: a más esperanza de vida, menos pensión. Y según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida a partir de los 65 años aumenta aproximadamente 16 meses cada 10 años.
Los expertos calculan que las nuevas pensiones se puedan llegar reducir un 5% cada 10 años
De esta manera, se multiplicaría la base reguladora por un coeficiente, lo que hará que la pensión media disminuya en relación al salario medio. De hecho los expertos calculan que la pensión se pueda reducir un 5% cada 10 años.
Esta bajada de la pensión a cobrar se puede compensar ampliando la base reguladora, que se calcula con las cotizaciones sociales aportadas y que en última instancia depende de los salarios. La introducción de este factor, subrayan los expertos, tiene como consecuencia la necesidad de que el ciudadano pueda cotizar más tiempo.
Si se pusiera en marcha el año que viene este factor, en 2034, la base reguladora se multiplicaría por 0,8797, lo que rebajaría la pensión inicial en un 12%, según el informe del comité.
Este coeficiente, el FEI, resultaría de dividir la esperanza de vida de los que han entrado en el sistema con una edad determinada en un momento anterior, entre la esperanza de vida de los nuevos jubilados que entran con la misma edad pero en un momento posterior. Se aplicaría una única vez a los nuevos jubilados en el cálculo de su primera pensión, lo que tendría efectos en su pensión inicial.
Es un criterio que "trata por igual a todas las personas que van a recibir pensiones durante muchos años", ha explicado Doménech en rueda de prensa, que también ha recordado que este sería "un parámetro más, pero no el único" para calcular la pensión que se va a recibir.

Puesta en marcha lo antes posible

El comité de expertos pide que el factor de sostenibilidad se aplique dentro del periodo 2014-2019, pero aseguran que "hay razones de peso para aplicarlo lo antes posible", según ha explicado Doménech en rueda de prensa.
La reforma de las pensiones de 2011, aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y que entró en vigor el 1 de enero de 2013, establecía la entrada en vigor del factor de sostenibilidad para 2027.

El Gobierno lo llevará en julio al Congreso

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha agradecido la labor de estas personas y apuntó que enviará inmediatamente este texto a la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo y a los agentes sociales para su debate. Los trabajos, fruto de estas negociaciones, se plasmarán en el proyecto de ley que la ministra espera llevar al Congreso a finales del próximo mes.
En declaraciones a la prensa, y acompañada del grupo de expertos, Báñez ha dicho queahora enviará el documento a los partidos y a los agentes sociales.
Por ello, les ha emplazado a que tengan el mismo "compromiso y responsabilidad" de los expertos.

"Será un debate transparente, honesto y para lograr el mayor consenso posible", ha destacado la ministra, quien ha subrayado que se trata de aplicar una medida a medio y largo plazo sobre cómo se han de pagar las pensiones. En su opinión, esto transmitirá "tranquilidad a millones de pensionistas". Báñez ha destacado también que el trabajo ha sido "duro" y se ha hecho un "tiempo récord".

Un voto en contra y una abstención

El catedrático de Economía Aplicada Santos Ruesga ha votado en contra y el catedrático de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social José Luis Tortuero se ha abstenido. Los dos han emitido asimismo sendos votos particulares con observaciones al texto, en tanto que el tercer voto particular ha sido del licenciado en ciencias económicas y empresariales Miguel Ángel García Díaz.

La fórmula del FRA para revalorizar las pensiones

El Factor de Revalorización Anual es el indicador que el comité de expertos propone para que sustituya al Índice de Precios al Consumo (IPC) de cara a revisar las pensiones; su fórmula es la siguiente:
- De este modo, la tasa a la crecerían las pensiones al año siguiente (g t+1), dependería:
- De la tasa a la que se prevé que crezcan los ingresos del sistema de pensiones contributivas (g I, t+1), que incluyen cotizaciones sociales, intereses del Fondo de Reserva, etcétera.
- De la tasa a la que se prevé que crezca el número de pensionistas (g P, t+1)
- De la tasa a la que se prevé que crezca la cuantía de la pensión media (g s, t+1), que cada año aumenta por el simple hecho de que los nuevos pensionistas cobran una pensión mayor que los que fallecen.
- De que el sistema de pensiones tenga superávit (los ingresos sean mayores que los gastos, esto es, I > G) o déficit (los gastos superen a los ingresos, es decir, I < G), matizado por un coeficiente (α) que indica la velocidad a la que se corrigen los desequilibrios, puesto que el objetivo final es que el saldo entre ingresos y gastos sea cero (I=G).
Estas tasas no se calcularían para un único año, sino con media móviles aritméticas y geométricas que tienen en cuenta los años anteriores y posteriores (entre 11 y 13 años en total, según los expertos, que proponen tomar cinco o seis años por delante y por detrás del año de referencia t).


La principal diferencia con el uso del IPC es que se abre la puerta a reducciones nominales de las pensiones: utilizando como indicador los precios, las pensiones suben cuando estos lo hacen, y se mantienen fijas si los precios se mantienen o bajan.



Sin embargo, el FRA subirá siempre que suban los ingresos del sistema, mientras que si suben el número de pensionistas o la pensión media (es decir, los gastos), su incremento puede ser menor e incluso negativo, esto es, las pensiones se reducirían. Algo improbable, pero posible.

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