Unos 40 agentes de la Policía municipal y la Guardia Civil acordonaron los accesos para garantizar el cierre cautelar del recinto ordenado por el Ayuntamiento
22.06.13 - 09:56 -
ALEXIA SALAS | SAN JAVIER |/ La Verdad
El despliegue policial alrededor de la discoteca Poseidón ha impedido esta noche la celebración de la 'macrofiesta' para adolescentes de más de 30 institutos de toda la comarca costera, desde Cartagena a San Pedro del Pinatar. La Policía municipal de San Javier y la Guardia Civil impidieron el paso de los autobuses que iban a transportar al recinto a más de 3.000 estudiantes en su noche de graduación. La discoteca, que cuenta con licencia para bar con música, tenía que haber solicitado autorización para organizar una fiesta multitudinaria con espectáculo en directo, pero no realizó la petición oportuna ni tramitó la licencia de discoteca, según confirmaron fuentes policiales. La venta de entradas a menores, desde 14 años, alertó a las fuerzas de seguridad y al Ayuntamiento de San Javier, que decidió, mediante un decreto de Alcaldía, clausurar la actividad de la discoteca de manera inmediata.
Unos 40 agentes de la Policía municipal y la Guardia Civil acordonaron los accesos para garantizar el cierre cautelar del recinto, que se produjo sin altercados. "Más de 50.000 euros he 'pringao' esta noche en los artistas, seguridad, ambulancia", se lamentaba el organizador, que trató de convencer a la Policía de que los menores no consumirían alcohol. El personal, de brazos cruzados, terminó por resignarse, pasada la medianoche, de que la fiesta no se celebraría, a pesar de las insistentes llamadas de los clientes cuando comprobaron que los autobuses no podían ni siquiera llegar a la puerta de la discoteca. Un control de la Guardia Civil a la salida de la autovía Alicante-Cartagena y otro en la rotonda de la nacional 332 bloquearon los accesos. Guardias de seguridad, porteros, camareros, gogós y cantantes no tuvieron oportunidad no de iniciar su noche de trabajo. "¿Qué hacemos nosotros, mirar las estrellas?", comentaba uno de los uniformados. "Esto lo vamos a cobrar...", se escuchó en el corrillo. "Pues el 31 de junio", le contestó un representante de la empresa.
No tardaron en llegar algunos jóvenes con entrada, acompañados de sus madres. "Por qué no podemos entrar por lo menos los que tengamos más de 16 años? Yo lo flipo", se indignaba con los brazos en jarras una adolescente subida en sus tacones. "No nos pueden devolver ya el dinero de la entrada?", preguntaba con insistencia a los organizadores. "Pues es que no tengo aquí en el bolsillo 50.000 euros. Yo estoy tan indignado como vosotros", les contestaron. No fueron las únicas. Un goteo de estudiantes con uniforme de fiesta fueron llegando a pie para comprobar que la fiesta, pese a la difusión viral que tuvo en las redes, no llegó a encender las luces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario