El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dará hoy explicaciones públicas sobre el caso Bárcenas y las informaciones que han apuntado a supuestos pagos a dirigentes del PP ajenos a la contabilidad oficial del partido. Así lo ha anunciado, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ha insistido por otra parte en defender la estabilidad del Ejecutivo en estos momentos y a pesar de este caso.
No todos en el partido comparten los tiempos de su presidente, pero asumen que «el jefe es así». Claro que el PP jamás se había enfrentado a una crisis tan grave como la que ha provocado la publicación de la supuesta caja B de Luis Bárcenas. La acusación, ya de por sí dura, llega en un momento muy delicado para el PP, que sostiene a un Gobierno que en apenas 14 meses ha pedido a los españoles los mayores sacrificios económicos y sociales de la democracia, y que ha visto descender sus expectativas de voto a velocidad sideral. Todo ello ha puesto muy nervioso a los barones regionales del PP que, ante la ausencia de una respuesta rápida e inequívoca de la dirección del partido, Cospedal es la única que ha dado la cara y se limitó a negar la veracidad de los documentos, han optado por «intentar salvarse cada uno así mismo», interpreta un miembro del Gobierno.
La convulsión interna ha sido tal que el propio Mariano Rajoy se ha visto obligado a convocar de urgencia para este sábado una reunión del comité ejecutivo nacional, el máximo órgano del partido entre congresos. Su intervención puede marcar un punto de inflexión en esta crisis o, si no satisface a los suyos, abonar la incertidumbre y agravar la crisis.
Desde el jueves, día en que parecieron las anotaciones de los pagos de supuestos sobresueldos a los exsecretarios generales Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes y Javier Arenas e, incluso, a los actuales números uno y dos del partido, Rajoy y Cospedal, los presidentes autonómicos del PP, como los de Galicia, Castilla-León o Extremadura, entre otros, dejaron patente que en el partido quieren que Rajoy abra las puertas de par en par y publicite con luz y taquígrafos todos los sueldos que ha abonado el PP para cercenar, de manera clara, cualquier duda sobre la contabilidad de la organización.
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