22.12.10 - 00:48 -
Varias adversidades se encadenaron el lunes para que Juan Bartolomé falleciera tras recibir un flechazo mortal procedente de un fusil de pesca submarina en la piscifactoría donde trabajaba.
Según la versión que habría transmitido a la Policía Judicial J.M., uno de los dos compañeros acompañaban a Bartolomé en la supervisión de las granjas de doradas y lubinas, él mismo le arrojó al mar un mosquetón con varios útiles de trabajo, entre ellos el fusil, que se habría disparado al chocar el gatillo con el agua.
Pese a ser profesionales experimentados, según comentaron compañeros del sector a 'La Verdad', si esta explicación se confirma, habrían obviado una norma básica, la de cargar el arpón en el mar, sin tener presente la prohibición de tenerlo preparado en tierra o en el barco, precisamente por el peligro de desenganche. En el colmo de la mala suerte, el arpón alcanzó de lleno el pecho del muchacho y le produjo la muerte.
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