Sergio Gamón, imputado junto a tres ex guardias civiles y un empleado de la Consejería de Interior, presenta su dimisión por supuestos "motivos personales"
FRANCISCO MERCADO - MAdrid - 24/06/2010 / El País.com
FRANCISCO MERCADO - MAdrid - 24/06/2010 / El País.com
Esperanza Aguirre aceptó ayer la dimisión del jefe de la trama de espionaje político de Madrid, Sergio Gamón, ya imputado en esta causa por la juez. La presidenta regional ha tomado esta decisión 16 meses después de que EL PAÍS destapara el escándalo del espionaje por parte de agentes a sueldo de la Comunidad de Madrid a los adversarios de Aguirre dentro del PP, el ex vicepresidente regional Alfredo Prada y el vicealcalde de Madrid Manuel Cobo.
La dimisión se produce sólo 48 horas despúes de que Yolanda Laviana -ex esposa de Gamón y ex secretaria de Aguirre cuando presidió el Senado- detallara que su ex marido había espiado a Alfredo Prada, ex vicepresidente autonómico, desde que fue nombrado director general de Seguridad, en mayo de 2006. Laviana precisó en EL PAÍS que el receptor de los informes de Gamón sobre Prada era Ignacio González, vicepresidente y mano derecha de Aguirre.
El pasado lunes, Aguirre no quiso entrar en el fondo de las declaraciones de Laviana porque aseguró que ella -hasta ayer secretaria del presidente de Telemadrid- vivía un "divorcio difícil". Y aunque aseguró que daba fe de que Laviana era una "persona muy respetable", matizó que eso no le daba presunción de credibilidad en lo que denunciaba. Pese a ello, tras ironizar que a veces de los divorcios salen escándalos como el de Juan Guerra -hermano del ex vicepresidente socialista implicado en presuntos tratos de favor-, afirmó que lo investigaría y que se producirían ceses si hallaba irregularidades.
No consta si Aguirre ha hecho una investigación interna. Pero el pasado martes por la tarde recibió a Gamón en su despacho durante una hora. No trascendió el diálogo. Gamón salió con cara de pocos amigos. Al día siguiente, ayer miércoles, Gamón comunicaba su dimisión, horas después de que la Presidencia de Telemadrid despidiera a su ex esposa tras haberlo acusado de espiar al ex vicepresidente segundo Alfredo Prada en favor del vicepresidente primero.
Aguirre no había reaccionado hasta ahora, a pesar de la acumulación de pruebas que señalaban la existencia de la trama de espionaje. Entre ellas, dos informes telefónicos delatando la presencia continua de varios agentes de Granados siguiendo a Prada o al vicealcalde madrileño, Manuel Cobo, en abril y mayo de 2008. O la confesión de los ex guardias, que admitieron haber seguido a Prada por orden de Gamón noche y día durante semanas. O los partes del espionaje difundidos por este diario, que detallaban datos reservados de imposible obtención sin mediar los seguimientos, y que coincidían al milímetro con los informes telefónicos y las agendas de Cobo y Prada. O la prueba pericial caligráfica que concluyó que un empleado de la consejería de Interior, José Manuel Pinto, era el autor de las anotaciones manuscritas en los partes, lo mismo que aseveró una doble pericial contratada por este diario.
Ninguna de esas pruebas movió a la presidenta a actuar. Pero ahora, tras las declaraciones de la ex mujer de Gamón, Aguirre ha admitido el cese del presunto jefe del equipo de espías anclado en su Gobierno. Aunque no ha explicado las razones que la han llevado a dar ese paso.
Sergio Gamón es el hombre al que ella confió su seguridad cuando era ministra de Cultura, presidenta del Senado y luego presidenta del Gobierno de Madrid. Aguirre sabe desde hace años lo difícil que era el divorcio de Laviana, pero sólo ha despedido a ambos cuando su ex secretaria ha denunciando las actividades ilegales de Gamón que ella presenció durante años.
El PSOE no está dispuesto a que Aguirre presente el caso como un conflicto familiar, advierte la portavoz socialista, Maru Menéndez. "Es un caso muy grave. Y lo que importa es el espionaje que ella denuncia". Por esta razón, el PSOE ha pedido que testifique Laviana ante la juez que investiga el espionaje. Un testimonio clave en este caso.
El pasado lunes, Aguirre no quiso entrar en el fondo de las declaraciones de Laviana porque aseguró que ella -hasta ayer secretaria del presidente de Telemadrid- vivía un "divorcio difícil". Y aunque aseguró que daba fe de que Laviana era una "persona muy respetable", matizó que eso no le daba presunción de credibilidad en lo que denunciaba. Pese a ello, tras ironizar que a veces de los divorcios salen escándalos como el de Juan Guerra -hermano del ex vicepresidente socialista implicado en presuntos tratos de favor-, afirmó que lo investigaría y que se producirían ceses si hallaba irregularidades.
No consta si Aguirre ha hecho una investigación interna. Pero el pasado martes por la tarde recibió a Gamón en su despacho durante una hora. No trascendió el diálogo. Gamón salió con cara de pocos amigos. Al día siguiente, ayer miércoles, Gamón comunicaba su dimisión, horas después de que la Presidencia de Telemadrid despidiera a su ex esposa tras haberlo acusado de espiar al ex vicepresidente segundo Alfredo Prada en favor del vicepresidente primero.
Aguirre no había reaccionado hasta ahora, a pesar de la acumulación de pruebas que señalaban la existencia de la trama de espionaje. Entre ellas, dos informes telefónicos delatando la presencia continua de varios agentes de Granados siguiendo a Prada o al vicealcalde madrileño, Manuel Cobo, en abril y mayo de 2008. O la confesión de los ex guardias, que admitieron haber seguido a Prada por orden de Gamón noche y día durante semanas. O los partes del espionaje difundidos por este diario, que detallaban datos reservados de imposible obtención sin mediar los seguimientos, y que coincidían al milímetro con los informes telefónicos y las agendas de Cobo y Prada. O la prueba pericial caligráfica que concluyó que un empleado de la consejería de Interior, José Manuel Pinto, era el autor de las anotaciones manuscritas en los partes, lo mismo que aseveró una doble pericial contratada por este diario.
Ninguna de esas pruebas movió a la presidenta a actuar. Pero ahora, tras las declaraciones de la ex mujer de Gamón, Aguirre ha admitido el cese del presunto jefe del equipo de espías anclado en su Gobierno. Aunque no ha explicado las razones que la han llevado a dar ese paso.
Sergio Gamón es el hombre al que ella confió su seguridad cuando era ministra de Cultura, presidenta del Senado y luego presidenta del Gobierno de Madrid. Aguirre sabe desde hace años lo difícil que era el divorcio de Laviana, pero sólo ha despedido a ambos cuando su ex secretaria ha denunciando las actividades ilegales de Gamón que ella presenció durante años.
El PSOE no está dispuesto a que Aguirre presente el caso como un conflicto familiar, advierte la portavoz socialista, Maru Menéndez. "Es un caso muy grave. Y lo que importa es el espionaje que ella denuncia". Por esta razón, el PSOE ha pedido que testifique Laviana ante la juez que investiga el espionaje. Un testimonio clave en este caso.
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