Las víctimas estaban cruzando las vías por un lugar indebido cuando iban a celebrar la verbena de San Juan en la playa.- Hay además 14 heridos, tres en estado crítico.- Confusión sobre el estado del paso a nivel suterráneo
J. GARCIA / CAMILO S. BAQUERO / S. OLIVER Castelldefels 24/06/2010 / El País.com
J. GARCIA / CAMILO S. BAQUERO / S. OLIVER Castelldefels 24/06/2010 / El País.com
Doce personas han muerto esta noche, la mayoría de ellos jóvenes, y otras 14 han resultado heridas, tres de ellas en estado crítico, tras ser atropelladas por un tren Alaris en el apeadero de Castelldefels Playa (Barcelona). El accidente se produjo sobre las 23.23 del miércoles, en plena verbena de San Juan, poco después de que el grupo, formado por cerca de una treintena de personas, bajara de un convoy de Cercanías y se dirigiera hacia la playa cruzando las vías. Los cuerpos de las 12 víctimas han sido trasladados al Instituto de Medicina Legal de la Ciudad de la Justicia de Barcelona, una vez ordenado el levantamiento de los cadáveres. Allí se les practicarán las autopsias.
En el momento en que cruzaban pasaba por la estación a toda velocidad el tren procedente de Alicante y con destino a Barcelona. Tras el atropello, el tren siguió su marcha aunque se detuvo unos metros después. Los pasajeros, que resultaron ilesos, han sido evacuados y trasladados a Barcelona en autocar. Todos los heridos tienen entre 16 y 26 años, excepto una mujer de 45 años. La verbena de San Juan es muy popular en Cataluña, donde se organizan especialmente fiestas con hogueras en las playas. Es el segundo accidente ferroviario más grave en España en los últimos 30 años.
Según varios testigos, el paso subterráneo se encontraba cerrado, lo que obligó a las víctimas a cruzar por el tendido del ferrocarril. Sin embargo, el alcalde de Castelldefels, Joan Sau, ha dicho que el accidente se ha debido a una "imprudencia" porque paso estaba abierto, extremo que ha sido confirmado por el consejero de Interior, Joan Saura. La confusión puede deberse a que a pocos metros hay un paso elevado sobre las vías del tren que, según las autoridades, se cerró en octubre cuando se inauguró el subterráneo con la remodelación de la estación. En declaraciones a la Cadena Ser, el presidente de la Generalitat, José Montilla ha pedido "prudencia". Por su parte, el presidente de Renfe, Teófilo Serrano, ha acudido al lugar de los hechos, donde no ha querido entrar en la polémica y ha asegurado que "es el momento de ayudar a las familias. Todo lo demás se analizará, se verá".
Conmoción entre los testigos
Andrés, propietario de una tienda de víveres frente a la estación, explica que vio cómo un grupo de 20 o más personas trataban de cruzar las vías para acceder a la playa sin hacer uso del paso. "Me metí en la tienda y justo cuando entraba oí un ruido como si aplastaran piedras", contaba en plena conmoción. "Luego me di cuenta. No eran piedras, eran personas. Les había pasado el tren por encima. Creo que todo se debió a una imprudencia", repetía.
Los servicios de emergencias llegaron pocos minutos después del siniestro. Pese a ello, varios heridos ya habían sido trasladados a los hospitales cercanos por vecinos con sus vehículos particulares. La escena que se encontraron era aterradora, según contaron conmocionados algunos trabajadores. "Hay cuerpos que están absolutamente destrozados. Les ha pasado el tren a toda velocidad por encima y los trozos de cuerpos están por todas partes", explicó uno de ellos.
El Servicio de Emergencias Médicas envió al lugar de la tragedia 24 ambulancias y 15 vehículos de bomberos. Los heridos fueron trasladados a los hospitales de Bellvitge; Mossen Broggi, de Sant Joan Despí; al de Viladecans; y al Clínic de Barcelona. Al hospital de Bellvitge, de la cercana ciudad de L'Hospitalet de Llobregat, los servicios de emergencia trasladaron al menos a cuatro de los heridos. En el servicio de urgencias aguardaban unas cinco familias, la mayoría de ellas de origen latinoamericano, que tenían a parientes ingresados. Un miembro de los servicios de emergencia relató a este periódico que lo ocurrido era "una absoluta masacre. Había cuerpos descuartizados esparcidos por las vías".
Charly, un joven vestido de blanco completamente manchado de sangre, natural de Ecuador, comentó que la situación, después del atropello mortal fue "dantesca". "Nos bajamos del tren de cercanías y como el paso subterráneo estaba cerrado casi todos los pasajeros optamos por cruzar la vía. Pero el tren que venía pitó demasiado tarde, casi cuando estaba encima de nosotros. Vi a mucha gente herida, era horroroso, calculo que hubo una docena de muertos", aseguró.
Este testigo esperaba en la sala de emergencias junto a su esposa, herida en una pierna, con quien intentaban localizar a una tía que estaba desaparecida. "Estamos angustiados. Lo que me cabrea es que el tren ni frenó después de atropellar a todo el grupo".
Tres horas después de la tragedia, con la zona fuertemente acordonada por la policía y los servicios de emergencias, la mayor parte de Castelldefels seguía celebrando entre petardos y hogueras la noche más corta del año.
A las dos de la madrugada, agentes de los Mossos d'Esquadra (policía autonómica catalana) tomaban declaración a varios de los supervivientes. Hasta la estación también fueron trasladados varios equipos de psicólogos para atender a las víctimas y de medicina legal para recoger los cuerpos y proceder a su reconocimiento. También acudió el juez de guardia para ordenar el levantamiento del cadáver.
Vecinos de Castelldefels que residen cerca del apeadero -muy concurrido en la época de verano pues comunica directamente con la playa- recordaron que en esta estación son muy habituales los accidentes y los atropellos pues los pasajeros suelen cruzar las vías directamente haciendo caso omiso de los dos pasos existentes, el elevado y el subterráneo. El servicio de Protección Civil de la Generalitat activó a medianoche la fase de emergencia uno del plan de emergencias de Cataluña. Protección Civil ha habilitado el centro cívico Frederic Mompou, en la plaza Joan XXIII de Castelldefels, para atender a los familiares de las víctimas.
Según varios testigos, el paso subterráneo se encontraba cerrado, lo que obligó a las víctimas a cruzar por el tendido del ferrocarril. Sin embargo, el alcalde de Castelldefels, Joan Sau, ha dicho que el accidente se ha debido a una "imprudencia" porque paso estaba abierto, extremo que ha sido confirmado por el consejero de Interior, Joan Saura. La confusión puede deberse a que a pocos metros hay un paso elevado sobre las vías del tren que, según las autoridades, se cerró en octubre cuando se inauguró el subterráneo con la remodelación de la estación. En declaraciones a la Cadena Ser, el presidente de la Generalitat, José Montilla ha pedido "prudencia". Por su parte, el presidente de Renfe, Teófilo Serrano, ha acudido al lugar de los hechos, donde no ha querido entrar en la polémica y ha asegurado que "es el momento de ayudar a las familias. Todo lo demás se analizará, se verá".
Conmoción entre los testigos
Andrés, propietario de una tienda de víveres frente a la estación, explica que vio cómo un grupo de 20 o más personas trataban de cruzar las vías para acceder a la playa sin hacer uso del paso. "Me metí en la tienda y justo cuando entraba oí un ruido como si aplastaran piedras", contaba en plena conmoción. "Luego me di cuenta. No eran piedras, eran personas. Les había pasado el tren por encima. Creo que todo se debió a una imprudencia", repetía.
Los servicios de emergencias llegaron pocos minutos después del siniestro. Pese a ello, varios heridos ya habían sido trasladados a los hospitales cercanos por vecinos con sus vehículos particulares. La escena que se encontraron era aterradora, según contaron conmocionados algunos trabajadores. "Hay cuerpos que están absolutamente destrozados. Les ha pasado el tren a toda velocidad por encima y los trozos de cuerpos están por todas partes", explicó uno de ellos.
El Servicio de Emergencias Médicas envió al lugar de la tragedia 24 ambulancias y 15 vehículos de bomberos. Los heridos fueron trasladados a los hospitales de Bellvitge; Mossen Broggi, de Sant Joan Despí; al de Viladecans; y al Clínic de Barcelona. Al hospital de Bellvitge, de la cercana ciudad de L'Hospitalet de Llobregat, los servicios de emergencia trasladaron al menos a cuatro de los heridos. En el servicio de urgencias aguardaban unas cinco familias, la mayoría de ellas de origen latinoamericano, que tenían a parientes ingresados. Un miembro de los servicios de emergencia relató a este periódico que lo ocurrido era "una absoluta masacre. Había cuerpos descuartizados esparcidos por las vías".
Charly, un joven vestido de blanco completamente manchado de sangre, natural de Ecuador, comentó que la situación, después del atropello mortal fue "dantesca". "Nos bajamos del tren de cercanías y como el paso subterráneo estaba cerrado casi todos los pasajeros optamos por cruzar la vía. Pero el tren que venía pitó demasiado tarde, casi cuando estaba encima de nosotros. Vi a mucha gente herida, era horroroso, calculo que hubo una docena de muertos", aseguró.
Este testigo esperaba en la sala de emergencias junto a su esposa, herida en una pierna, con quien intentaban localizar a una tía que estaba desaparecida. "Estamos angustiados. Lo que me cabrea es que el tren ni frenó después de atropellar a todo el grupo".
Tres horas después de la tragedia, con la zona fuertemente acordonada por la policía y los servicios de emergencias, la mayor parte de Castelldefels seguía celebrando entre petardos y hogueras la noche más corta del año.
A las dos de la madrugada, agentes de los Mossos d'Esquadra (policía autonómica catalana) tomaban declaración a varios de los supervivientes. Hasta la estación también fueron trasladados varios equipos de psicólogos para atender a las víctimas y de medicina legal para recoger los cuerpos y proceder a su reconocimiento. También acudió el juez de guardia para ordenar el levantamiento del cadáver.
Vecinos de Castelldefels que residen cerca del apeadero -muy concurrido en la época de verano pues comunica directamente con la playa- recordaron que en esta estación son muy habituales los accidentes y los atropellos pues los pasajeros suelen cruzar las vías directamente haciendo caso omiso de los dos pasos existentes, el elevado y el subterráneo. El servicio de Protección Civil de la Generalitat activó a medianoche la fase de emergencia uno del plan de emergencias de Cataluña. Protección Civil ha habilitado el centro cívico Frederic Mompou, en la plaza Joan XXIII de Castelldefels, para atender a los familiares de las víctimas.
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