EFE LONDRES
No se ha hecho esperar y una vez constatado el fracaso de las conversaciones con los liberales, el primer ministro británico, el laborista Gordon Brown, ha comparecido a las puertas del 10 de Downing Street para anunciar su dimisión. Acto seguido se ha dirigido al Palacio de Buckingham para comunicar su decisión a la reina Isabel, a la que pedía que invitara al líder de la oposición, David Cameron, a formar un nuevo Gobierno. El protocolo se ha cumplido y el líder conservador ha recibido el encargo 'real': Isabel II le ha confirmado como nuevo jefe del Ejecutivo británico.
Ya como primer ministro, y a su llegada a Dowing Street, Cameron ha anunciado que gobernará en coalición con el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg, tras haber llegado a un acuerdo con la tercera fuerza del país. Esto supondrá el primer Ejecutivo de coalición que dirige el Reino Unido desde la II Guerra Mundial. Ha reconocido los graves "desafíos" que afronta el país y ha destacado que hay "restablecer la confianza en nuestro sistema político". Para lograrlo, él y el líder liberal demócrata están dispuestos a superar sus diferencias para garantizar un gobierno estable, según anunciaba.
Despedida de Brown
Con 43 años, el político conservador, que acudía a la audiencia con la reina acompañado de su esposa Samantha, se ha convertido en el primer ministro más joven que ha tenido Gran Bretaña desde el siglo XIX. Después de su reunión con la soberana, el líder 'tory' se ha trasladado a la residencia oficial, donde ha rendido tributo a su predecesor por su "historia de servicio público". El aludido había presentado su renuncia a la reina una hora antes. Hasta Buckingham también se desplazaba con su esposa Sarah y sus dos hijos, John y Fraser. Después toda la familia ha dejado las dependencias en coche oficial hacia un destino no especificado. Brown también ha dejado con efecto inmediato su cargo como líder del Partido Laborista. Harriet Harman, hasta ahora 'número dos' de la formación, ha asumido provisionalmente el liderazgo.
La renuncia de Brown se producía poco después de que se dieran por rotas las negociaciones con el partido que lidera Nick Clegg para la formación de un Ejecutivo "progresista". De nada había servido el gesto público que hizo ayer el todavía primer ministro, cuando anunció que dejaría el cargo en septiembre para facilitar el acuerdo con los liberal demócratas. Un día después de ese suicidio político, su retirada es ya un hecho. Lo confirmaba, antes incluso del anuncio oficial, la presencia en las inmediaciones de la residencia oficial del primer ministro de camiones de mudanza.
Se pone así fin a trece años de hegemonía laborista, de los que Brown ha estado al frente en los últimos tres, tras recibir el testigo de Tony Blair. Ahora la reina cumplirá con lo estipulado y encargará la formación de Gobierno a Cameron. Para Isabel II será el decimosegundo inquilino de Downing Street al que encomienda esa responsabilidad en sus más de 50 años de reinado.
El pacto con Clegg
La dimisión de Brown se daba a conocer mientras los negociadores del Partido Conservador y del Partido Liberal Demócrata estaban reunidos en Londres para cerrar la mayoría parlamentaria suficiente para formar Gobierno tras las elecciones del jueves. La cita comenzaba después de que los líderes de ambos partidos se entrevistaran en privado por la mañana durante una hora para acercar posturas y limar diferencias.
Aunque no ha trascendido nada del pacto, los conservadores esperaban que la promesa al partido de Clegg de convocar un referéndum sobre la reforma del sistema electoral, exigencia principal de los liberales durante la campaña electoral, fuera suficiente para sellar el acuerdo.
Los conservadores obtuvieron 306 escaños, con lo que la suma de los liberal demócratas les permite superar con holgura los 326 parlamentarios en los que está fijada la mayoría absoluta. Los laboristas del aún primer ministro Gordon Brown lograron 258 escaños, por lo que, además del respaldo liberal demócrata, tendrían que conseguir el de los diputados nacionalistas escoceses, galeses y norirlandeses.
Del nuevo Gobierno, se conoce ya la identidad del ministro de Economía, el conservador George Osborne, según ha informado la cadena pública BBC.
Ya como primer ministro, y a su llegada a Dowing Street, Cameron ha anunciado que gobernará en coalición con el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg, tras haber llegado a un acuerdo con la tercera fuerza del país. Esto supondrá el primer Ejecutivo de coalición que dirige el Reino Unido desde la II Guerra Mundial. Ha reconocido los graves "desafíos" que afronta el país y ha destacado que hay "restablecer la confianza en nuestro sistema político". Para lograrlo, él y el líder liberal demócrata están dispuestos a superar sus diferencias para garantizar un gobierno estable, según anunciaba.
Despedida de Brown
Con 43 años, el político conservador, que acudía a la audiencia con la reina acompañado de su esposa Samantha, se ha convertido en el primer ministro más joven que ha tenido Gran Bretaña desde el siglo XIX. Después de su reunión con la soberana, el líder 'tory' se ha trasladado a la residencia oficial, donde ha rendido tributo a su predecesor por su "historia de servicio público". El aludido había presentado su renuncia a la reina una hora antes. Hasta Buckingham también se desplazaba con su esposa Sarah y sus dos hijos, John y Fraser. Después toda la familia ha dejado las dependencias en coche oficial hacia un destino no especificado. Brown también ha dejado con efecto inmediato su cargo como líder del Partido Laborista. Harriet Harman, hasta ahora 'número dos' de la formación, ha asumido provisionalmente el liderazgo.
La renuncia de Brown se producía poco después de que se dieran por rotas las negociaciones con el partido que lidera Nick Clegg para la formación de un Ejecutivo "progresista". De nada había servido el gesto público que hizo ayer el todavía primer ministro, cuando anunció que dejaría el cargo en septiembre para facilitar el acuerdo con los liberal demócratas. Un día después de ese suicidio político, su retirada es ya un hecho. Lo confirmaba, antes incluso del anuncio oficial, la presencia en las inmediaciones de la residencia oficial del primer ministro de camiones de mudanza.
Se pone así fin a trece años de hegemonía laborista, de los que Brown ha estado al frente en los últimos tres, tras recibir el testigo de Tony Blair. Ahora la reina cumplirá con lo estipulado y encargará la formación de Gobierno a Cameron. Para Isabel II será el decimosegundo inquilino de Downing Street al que encomienda esa responsabilidad en sus más de 50 años de reinado.
El pacto con Clegg
La dimisión de Brown se daba a conocer mientras los negociadores del Partido Conservador y del Partido Liberal Demócrata estaban reunidos en Londres para cerrar la mayoría parlamentaria suficiente para formar Gobierno tras las elecciones del jueves. La cita comenzaba después de que los líderes de ambos partidos se entrevistaran en privado por la mañana durante una hora para acercar posturas y limar diferencias.
Aunque no ha trascendido nada del pacto, los conservadores esperaban que la promesa al partido de Clegg de convocar un referéndum sobre la reforma del sistema electoral, exigencia principal de los liberales durante la campaña electoral, fuera suficiente para sellar el acuerdo.
Los conservadores obtuvieron 306 escaños, con lo que la suma de los liberal demócratas les permite superar con holgura los 326 parlamentarios en los que está fijada la mayoría absoluta. Los laboristas del aún primer ministro Gordon Brown lograron 258 escaños, por lo que, además del respaldo liberal demócrata, tendrían que conseguir el de los diputados nacionalistas escoceses, galeses y norirlandeses.
Del nuevo Gobierno, se conoce ya la identidad del ministro de Economía, el conservador George Osborne, según ha informado la cadena pública BBC.
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