Morente.
Eurovillas VI
Residencial
Nuevo Principado.
El cambio de uso y función de espacios
públicos alcazareños sigue estando a la orden del día. No solo el Paseo Río
Nalón sufre las consecuencias del desplazamiento de paseantes por comensales, hasta
el extremo de convertirse en una rareza urbana (un paseo sin bancos) sino que el Paseo Marítimo también pierde cuota
peatonal en beneficio de los
usuarios de la bicicleta. En el primer caso no se ha hecho publicidad. El
cambio de uso y función se ha impuesto con vergonzoso silencio. En el caso del
Paseo Marítimo se cuenta con la campaña
de promoción de la Mancomunidad Turística del Mar Menor, editora de un folleto
desplegable en el que se ofrece/propone la Vuelta al Mar Menor en Bicicleta.
El itinerario recomendado en esta vuelta es
de 56,4 kilómetros, desde el Molino de la Calcetera, al final de la playa de La
Mota, hasta la Urbanización Veneciola. En la descripción por tramos destaca: «Km. 13, 2 Los Narejos. Km. 15, 2 Los
Alcázares. El paseo
marítimo permite cruzar toda la localidad sin tocar asfalto». En cuanto
a dificultad se informa que «todo el
recorrido discurre por terrenos llanos y pistas bien marcadas, que no ofrecen
ninguna dificultad». El interés de la ruta propuesta radica en que «recorrer el Mar Menor en bicicleta, por
sendas, caminos de tierra e, incluso, una antigua cañada real, siempre pegados
al borde del agua, es una buena manera de descubrir este singular trozo de
litoral». Siempre es de agradecer una información completa y concreta sobre
lo que se quiere promocionar, turisticamente en este caso. Pero todavía se
agradece más que la información sea veraz. Que muestre la realidad que uno se
encontrará. “No tocar asfalto” en los dos kilómetros de paseo marítimo, se
consigue a base de circular sobre el enlosado, por vía peatonal, simultaneando
la circulación con peatones de toda edad y gran concurrencia según días y
horas.
Es responsabilidad institucional informar y
no confundir a los ciudadanos. Hacerse un hueco en el mercado turístico con
semejantes combinaciones, bicicletas peatones, para atraer más visitantes,
aunque sea de paso, equivale a no tener las ideas claras sobre lo que se quiere
promocionar/vender. Los cambios de uso encubiertos no son sino causa de
conflictos que el Ayuntamiento debe prevenir, no inducir. He aquí un ejemplo de
lo que viene ocurriendo desde hace unos años: los peatones usuarios del Paseo
Río Nalón, que no tienen allí lugar donde sentarse, excepto pagando peaje
hostelero (consumiendo), se desplazan al Paseo Marítimo, donde corren el riesgo
de tropezar con alguna bicicleta. Esto es así y a la vista está. Solo hace
falta ser observador, con ideas claras y
mente limpia.
Más información en relación con este asunto,
publicada en Los Alcázares News.
Domingo, 12 de mayo de 2013
LOS ALCÁZARES/ Más cambios de uso de espacios públicos. De paseo
marítimo a carril bici.
Los máximos
responsables municipales siguen apostando por iniciativas turísticas
diferenciadoras y novedosas que potencien la marca Los Alcázares (lo de
“marca”, está de moda) dentro de su catálogo Re-typical, que oferta
paseos sin bancos. Se ha consolidado definitivamente un proyecto
iniciado hace ocho años, endiñándoselo de tapadillo a incautos compradores de
viviendas en un residencial abierto: comedores, antes paseo, Río Nalón.
Actualmente es punto de convergencia de guiris, liderando la degradación
urbana en el Mar Menor: Murcian Beirut en Los Narejos. Semejante
despropósito ha sido posible expoliando el mobiliario público de un paseo,
cambiando el uso y función, troceándolo y poniéndolo a disposición de unos
pocos. Los demás, ciudadanos en general, deben circular por un pasillo de
cuatro metros de ancho, sin salirse. Simultáneamente, en el mismo periodo de
tiempo, otro espacio urbano viene compartiendo el uso peatonal (paseo marítimo)
con el de carril bici sin señalizar. Relax, ejercicio, transporte, caminantes,
ciclistas. Todo a la vez, todos juntos, sin control. Este es el segundo gran
proyecto alcazareño para promoción turística.
Hace unos años, puede
servir de ejemplo 2005, esa joya del Mar Menor, ese paseo que se extiende por
la ribera alcazareña (Las Conchas, Carrión, Manzanares,…) estaba reservado
para uso peatonal, hasta el extremo de que anualmente se renovaban unos
carteles, exhibidos en las farolas, con este mensaje: BICIS NO. También
se arreglaban las baldosas rotas. Pero, desde hace un par de años, aquello dejó
de hacerse y ahora ya no quedan carteles (ni agentes de la autoridad) que
adviertan a los ciclistas de que ese espacio les está prohibido. Tampoco se les
llama la atención, ni se les sanciona. Simplemente se les deja circular,
despacio o a gran velocidad, a cualquier hora del día o la noche, con mayor o
menor presencia peatonal, con cualquier tipo de máquina (paseo, carreras,
montaña), serpenteando entre los paseantes, anunciando su presencia con timbre
o a voces, poniendo en riesgo de accidente a los mas vulnerables, es decir, a
quienes tienen que hacer frente a un posible encontronazo con su cuerpo gentil,
ancianos y niños incluidos. Está claro que en este municipio no
existe un plan de prevención de riesgos personales. Luego pasa lo que pasa y
vienen las “madres mías”.
El pasado día 1 de
mayo, como puede corroborar el Concejal de Deportes y Agricultura, el
paseo marítimo era un encanto, la envidia de cualquier municipio costero, en
cuando a visitantes. Parecía un día de julio, excepto porque las playas no
estaban preparadas para el inicio de la temporada. Mucha gente en el paseo y
una inaceptable presencia de bicicletas, muchas bicicletas, en
algunos casos circulando en grupo, familias enteras, conductores equipados con
casco y mochila, a mucha velocidad. No hay quien entienda por qué no se protege
a las personas, cuyos mayores y niños buscan el paseo marítimo por seguridad,
alejándose del peligro de las calles. Si esto ha sido el primer día de mayo
¿cómo será un fin de semana de agosto? En Los Alcázares hay una excelente red
de ciclo vías (carril bici). Hacer la vista gorda en el paseo marítimo,
permitirlo todo, compartir/cambiar el uso, no es una iniciativa turística, sino
una tremenda irresponsabilidad pública. Los ciclistas están educados, solo hace
falta recordárselo de vez en cuando. Por ejemplo: poner los carteles, anunciar
sanciones y prevenir/denunciar.
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