Septiembre de 2009 /FMI
El Director Gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, al pronunciar la Conferencia del Bundesbank de 2009 hoy en Berlín, señaló que las medidas de estímulo adoptadas para combatir la crisis mundial deberían retirarse únicamente cuando la recuperación económica se haya afianzado y el desempleo comience a bajar.
Si bien reconoció que la economía mundial parece estar saliendo de la peor crisis económica y financiera del período de posguerra, Strauss-Kahn subrayó que la recuperación será lenta y que persiste el riesgo de que se produzca una recuperación con desempleo. “Me preocupan los elevados costos económicos y sociales de un alto nivel de desempleo, que persistirá incluso cuando los mercados financieros y el producto se estabilicen”, señaló.
Dada la fragilidad de la recuperación, Strauss-Kahn advirtió que “las autoridades económicas deberían actuar con especial cautela al decidir en qué momento retirarán las políticas adoptadas en respuesta a la crisis”. Añadió, no obstante, que los gobiernos deben elaborar sus planes de retirada ahora para poder activar el respaldo público y actuar en el momento adecuado.
Strauss-Kahn subrayó que la coordinación de las políticas a nivel internacional ha sido un elemento esencial de la respuesta ante la crisis y que "la coordinación de las estrategias de salida tendrá la misma importancia”. Gracias a la adopción concertada de firmes medidas de política, se ha contenido la crisis, señaló.
Strauss-Kahn se centró en tres ámbitos de política esenciales para garantizar una recuperación sostenible:
1. Identificar nuevas fuentes de crecimiento
Del lado de la demanda, “eventualmente tendrá que pasarse la batuta del sector público al sector privado”, señaló. Según Strauss-Kahn, también deberá reequilibrarse la demanda entre los países, lo que requerirá la aplicación de firmes medidas de política, entre las que se incluyen resolver los problemas del sistema financiero en las economías avanzadas y aumentar el gasto interno en las economías emergentes de Asia.
Del lado de la oferta, instó a la aplicación de reformas para mejorar la productividad, incrementando la flexibilidad del mercado de trabajo y la competencia en los mercados de productos. Además, afirmó que “los avances en las tecnologías verdes podrían llegar incluso a convertirse en la revolución de los microprocesadores del futuro, ayudando al mismo tiempo a solucionar el problema del cambio climático mundial”.
Con respecto a las políticas macroeconómicas, Strauss-Kahn hizo hincapié en “la importancia primordial de prestar atención a varias cuestiones relacionadas con la sostenibilidad fiscal”, como el gasto debido al envejecimiento de la población que es diez veces mayor que el costo fiscal de la crisis. Al referirse a la inflación, Strauss-Kahn señaló que no espera que constituya un problema hasta que la recuperación esté firmemente en marcha.
2. Reforma del sector financiero
Strauss-Kahn expresó su preocupación por el hecho de que la mejora de la situación en los mercados financieros “nos está llevando a bajar la guardia ante los difíciles problemas que quedan pendientes en el sistema bancario”. Instó a las autoridades económicas a seguir centrando la mira en el programa de medidas para hacer frente a la crisis, que incluye un diagnóstico completo de los sistemas bancarios y el establecimiento de programas de gestión de activos para resolver el problema de los activos bancarios de mala calidad.
Con respecto a la regulación financiera, advirtió que las reformas no están avanzando con la rapidez que sería necesaria. Instó a aumentar los requerimientos de capital y lograr que estos sean más sensibles al riesgo. Añadió que el marco operativo de supervisión prudencial aún se encuentra “en proceso de elaboración”.
Por lo que se refiere al sistema de remuneraciones en el sector financiero, Strauss-Kahn destacó que la cultura de riesgos existente en algunas de las principales empresas financieras fue un factor importante de la crisis, y manifestó su preocupación ante la posibilidad de que después de la recuperación todo vuelva a “funcionar como de costumbre” en el sector financiero. Según Strauss-Kahn, la comunidad internacional debe “mantenerse unida para avanzar eficazmente en este ámbito”.
3. Fortalecimiento del sistema monetario internacional
Si bien se han planteado muchas propuestas para reformar el sistema monetario internacional, “el sistema actual, a pesar de sus problemas, está funcionando mejor de lo que suele decirse”. De hecho, el dólar de EE.UU. se fortaleció durante la crisis, lo que, según Strauss-Kahn, “refleja la posición del dólar como activo de refugio sin rival”.
Strauss-Kahn hizo hincapié en que un elemento esencial para reforzar la estabilidad del sistema monetario internacional es reducir la demanda de reservas de los países y fortalecer los mecanismos de garantía. El FMI podría desempeñar un papel importante en este sentido y podrían considerarse varias ideas, entre las que se incluyen permitir que el acceso a los recursos del FMI sea más previsible; adaptar en mayor medida las asignaciones de derechos especiales de giro a la evolución de la economía mundial, y aumentar la base de recursos del FMI.
El Director Gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, al pronunciar la Conferencia del Bundesbank de 2009 hoy en Berlín, señaló que las medidas de estímulo adoptadas para combatir la crisis mundial deberían retirarse únicamente cuando la recuperación económica se haya afianzado y el desempleo comience a bajar.
Si bien reconoció que la economía mundial parece estar saliendo de la peor crisis económica y financiera del período de posguerra, Strauss-Kahn subrayó que la recuperación será lenta y que persiste el riesgo de que se produzca una recuperación con desempleo. “Me preocupan los elevados costos económicos y sociales de un alto nivel de desempleo, que persistirá incluso cuando los mercados financieros y el producto se estabilicen”, señaló.
Dada la fragilidad de la recuperación, Strauss-Kahn advirtió que “las autoridades económicas deberían actuar con especial cautela al decidir en qué momento retirarán las políticas adoptadas en respuesta a la crisis”. Añadió, no obstante, que los gobiernos deben elaborar sus planes de retirada ahora para poder activar el respaldo público y actuar en el momento adecuado.
Strauss-Kahn subrayó que la coordinación de las políticas a nivel internacional ha sido un elemento esencial de la respuesta ante la crisis y que "la coordinación de las estrategias de salida tendrá la misma importancia”. Gracias a la adopción concertada de firmes medidas de política, se ha contenido la crisis, señaló.
Strauss-Kahn se centró en tres ámbitos de política esenciales para garantizar una recuperación sostenible:
1. Identificar nuevas fuentes de crecimiento
Del lado de la demanda, “eventualmente tendrá que pasarse la batuta del sector público al sector privado”, señaló. Según Strauss-Kahn, también deberá reequilibrarse la demanda entre los países, lo que requerirá la aplicación de firmes medidas de política, entre las que se incluyen resolver los problemas del sistema financiero en las economías avanzadas y aumentar el gasto interno en las economías emergentes de Asia.
Del lado de la oferta, instó a la aplicación de reformas para mejorar la productividad, incrementando la flexibilidad del mercado de trabajo y la competencia en los mercados de productos. Además, afirmó que “los avances en las tecnologías verdes podrían llegar incluso a convertirse en la revolución de los microprocesadores del futuro, ayudando al mismo tiempo a solucionar el problema del cambio climático mundial”.
Con respecto a las políticas macroeconómicas, Strauss-Kahn hizo hincapié en “la importancia primordial de prestar atención a varias cuestiones relacionadas con la sostenibilidad fiscal”, como el gasto debido al envejecimiento de la población que es diez veces mayor que el costo fiscal de la crisis. Al referirse a la inflación, Strauss-Kahn señaló que no espera que constituya un problema hasta que la recuperación esté firmemente en marcha.
2. Reforma del sector financiero
Strauss-Kahn expresó su preocupación por el hecho de que la mejora de la situación en los mercados financieros “nos está llevando a bajar la guardia ante los difíciles problemas que quedan pendientes en el sistema bancario”. Instó a las autoridades económicas a seguir centrando la mira en el programa de medidas para hacer frente a la crisis, que incluye un diagnóstico completo de los sistemas bancarios y el establecimiento de programas de gestión de activos para resolver el problema de los activos bancarios de mala calidad.
Con respecto a la regulación financiera, advirtió que las reformas no están avanzando con la rapidez que sería necesaria. Instó a aumentar los requerimientos de capital y lograr que estos sean más sensibles al riesgo. Añadió que el marco operativo de supervisión prudencial aún se encuentra “en proceso de elaboración”.
Por lo que se refiere al sistema de remuneraciones en el sector financiero, Strauss-Kahn destacó que la cultura de riesgos existente en algunas de las principales empresas financieras fue un factor importante de la crisis, y manifestó su preocupación ante la posibilidad de que después de la recuperación todo vuelva a “funcionar como de costumbre” en el sector financiero. Según Strauss-Kahn, la comunidad internacional debe “mantenerse unida para avanzar eficazmente en este ámbito”.
3. Fortalecimiento del sistema monetario internacional
Si bien se han planteado muchas propuestas para reformar el sistema monetario internacional, “el sistema actual, a pesar de sus problemas, está funcionando mejor de lo que suele decirse”. De hecho, el dólar de EE.UU. se fortaleció durante la crisis, lo que, según Strauss-Kahn, “refleja la posición del dólar como activo de refugio sin rival”.
Strauss-Kahn hizo hincapié en que un elemento esencial para reforzar la estabilidad del sistema monetario internacional es reducir la demanda de reservas de los países y fortalecer los mecanismos de garantía. El FMI podría desempeñar un papel importante en este sentido y podrían considerarse varias ideas, entre las que se incluyen permitir que el acceso a los recursos del FMI sea más previsible; adaptar en mayor medida las asignaciones de derechos especiales de giro a la evolución de la economía mundial, y aumentar la base de recursos del FMI.
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