jueves, 4 de noviembre de 2010

La Reserva Federal inyectará 600.000 millones de dólares en la economía de EE.UU.


  • Cada mes comprará 75.000 millones de dólares en bonos del Tesoro
  • El plan empezará ahora y se prolongará hasta junio de 2011
Radio Televisíón Española
La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) inyectará600.000 millones de dólares (424.000 millones de euros) en el sistema financiero estadounidense de aquí a finales de junio de 2011 para tratar de reactivar el consumo y evitar el peligro de una deflación en el país.

El banco central estadounidense ha confirmado así lo que ya rumiaban los mercados desde hace semanas y, al concluir una reunión de dos días en Washington, su Comité de Política Monetaria ha emitido un comunicado con los detalles sobre el gigantesco plan de estímulo monetario.
El controvertido plan consistirá en una compra masiva de bonos del Tesoro a un ritmo de inversión de 75.000 millones de dólares mensuales. Esta medida poco convencional se denomina "Quantitative Easing" o "flexibilización cuantitativa" del balance de la Reserva Federal, y debe recurrirse a ella debido a que no tiene ya margen para bajar los tipos de interés, situados casi en cero desde diciembre de 2008.

Críticas a la medida

Algunos medios, como el Wall Street Journal, consideran que esta medida no es más que encender la máquina de "imprimir dinero", y muchos expertos consideran que, además de no servir para acelerar la creación de empleo, puede disparar la inflación.
Entre los expertos que se oponen a esta medida están el antiguo asesor de la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton, John Taylor, ahora profesor de la Stanford University, o Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía y profesor de la Columbia University.
Para Taylor, en vez de lanzar la compra de deuda pública, la Fed debería presentar medidas alternativas, como no subir los impuestos y frenar la imposición de nuevas regulaciones.
En opinión de Stiglitz, lo que la economía estadounidense necesita es un nuevo plan de impulso del gasto público y menos impuestos.
Pero la Reserva Federal ha decidido aplicar un nuevo estímulo monetario, una medida a la que ya recurrió a comienzos de 2008, cuando adquirió unos 2 billones de dólares en bonos del Tesoro.

Aumentar el consumo para reactivar la economía

El objetivo de tal acción es aumentar la demanda y, con ello, los precios de la deuda de entre dos y diez años, y reducir en paralelo la rentabilidad, que se mueve de forma inversa al precio.
La rentabilidad de la deuda pública se toma como referencia para los préstamos a largo plazo, de manera que, si se reduce, se abarata la financiación y esto suele animar a los hogares a gastar y a las empresas a invertir.
La idea es que ese aumento de inversiones y consumo estimule la recuperacióneconómica iniciada a mediados de 2009, después de la recesión más profunda y prolongada en Estados Unidos en los últimos 80 años.
La Reserva Federal necesita actuar rápido, ya que EE.UU. está creciendo ahora a una tasa anual del 2% y se calcula que, para generar empleo, debe crecer cerca del 5%.
En la actualidad, la tasa de paro estadounidense se sitúa en el 9,6%, la cifra más alta en la última generación, en un país donde no existe mucha cobertura para quien no tiene trabajo.
Además, la tasa de inflación está tan bajo control (por debajo del 2%) y la Fed detecta incluso riesgo de deflación, es decir, de una caída de los precios. La deflación tiene efectos muy peligrosos para la economía, porque la perspectiva de un retroceso en los precios paralizaría totalmente el gasto en consumo.
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