jueves, 28 de octubre de 2010

Obama cambia su lema dos años después: "Podemos...pero no de la noche a la mañana"



El presidente muestra en un programa de humor que no está para bromas
Defiende su gestión frente a las críticas de timidez en sus reformas
Obama necesita movilizar a los jóvenes de izquierda, decepcionados con él
Radio Televisión Española





RTVE.ES / AGENCIAS - WASHINGTON 
28.10.2010 - 11:13h
"Yes we can, but...". Con esta frase, acompañada de una carcajada ahogada de Jon Stewart, el 'azote' de la derecha americana convertido a crítico por la izquierda de Barack Obama, el presidente de Estados Unidos resumía la sensación que recorrió toda su intervención en 'The Daily Show', un programa de humor referencia para los jóvenes liberales, su antiguo caladero de votos más entusiasta.
"Si, podemos, pero no va a ocurrir de la noche a la mañana", completó Obama tras un momento de duda.
El presidente estadounidense había acudido al programa del canal de cable Comedy Central -algo inusual en un inquilino de la Casa Blanca aunque habitual en él- en un último intento por sintonizar con su base social, descontenta y desmovilizadaante lo que considera reformas tímidas y expectativas incumplidas.
El perfector portavoz de ese descontento es el propio Stewart, transmutado de defensor acérrimo a ácido crítico de Obama, tal y como se demostró en el transcurso del programa.
Así, en un momento del programa, el presentador se preguntó en voz alta su Obama ha cambiado la audacia de 2008 por el pragmatismo ofreciendo una plataforma al 'Si, podemos, dadas ciertas condiciones'.
En ese momento, el presidente concedió su 'Yes, we can but', pero no fue el único momento delicado.
"Te presentaste con una retórica grandilocuente, esperanza y cambio, y los demócratas este año parece que se presentan diciendo 'Por favor, cariño, dame otra oportunidad", resumía el humorista en un momento del programa.

Seriedad de Obama

Pero lo que más le indignó a Obama, que demostró que no estaba para bromas pese al contexto de la entrevista, fue cuando Stewart se enfundó el traje de cualquier progresista medio estadounidense y acusó al presidente de ser "tímido en sus reformas".
"Jon, me encantar tu programa, pero es algo en el que tengo un profundo desacuerdo contigo, la noción de que la reforma sanitaria es tímida", añadió de forma agria.
"Lo que ocurre es que la gente daba por descontado que lograríamos el 100% de lo que queríamos y solo conseguimos el 90%, por lo que se ha centrado en el 10% que no conseguimos",  diagnosticaba.
Por lo demás, ha reconocido que quedan cosas por hacer pero insistió también en que ha sacado adelante mucho de lo prometido en menos de dos años de Gobierno.
Stewart le recordó que la idea central de su campaña fue la de que el sistema necesitaba una reforma de fondo y que la impresión ahora es que se han hecho cambios sobre un sistema corrupto sin transformarlo de verdad.
El ejemplo más ilustrativo fue su decisión de reclutar el frente de su consejo económico a Larry Summers, ex secretario del Tesoro de la época de Clinton, perfecto representante del establisment.
"Hizo un trabajo fenomenal", respondió Obama ante las risas de Stewart.
"No uses esas palabras, tío", le respondió saltándose todo protocolo, recordando que es la misma que usaba Geroge W. Bush para defender a sus colaboradores.

Objetivo prioritario

Con todo, Obama dio parte de razón al humorista al señalar que los cambios funcionaron dentro del actual sistema en lugar de transformar el proceso en vigor.
"Frustra a la gente. Me frustra a mí", explicó el presidente, quien añadió que de todos modos algunas cosas han cambiado como las reglas que se aplican a los grupos de presión y la mayor transparencia en el funcionamiento de la Casa Blanca.


Obama y sus correligionarios están en plena campaña para movilizar, entre otros, a los 15 millones de electores que votaron por primera vez en el 2008 y que esperan vuelvan a hacerlo en los comicios legislativos del próximo 2 de noviembre.

Entre ellos había muchos jóvenes, a los que Obama quiso llegar hoy con su paso por el "Daily Show" de Stewart, que tiene una audiencia promedio de 1,1 millones de telespectadores de entre 18 y 49 años, según la compañía Nielsen.
Obama, que debutó en el "Daily Show" de Stewart durante la campaña del 2008, es el primer presidente que participa en el programa, y lo hizo, además, tan solo unos días antes de unas elecciones que podrían alterar el rumbo de su presidencia.

Marcha para restaurar la cordura

Su comparecencia se produjo también en vísperas de la marcha satírica que encabezará el sábado Stewart en Washington para restaurar "la cordura" en el país.
Stewart ha reconocido abiertamente ser una persona de izquierdas aunque en su programa reparte palos tanto a progresistas como a conservadores.
El comediante encabeza la lista de los 49 hombres más influyentes de EEUU, según la encuesta anual realizada entre unos 500.000 lectores de la revista AskMen que se publicó el martes y que coloca a Obama en el puesto 21.
"Pese a sus innumerables enemigos, la mordaz interpretación de Stewart de la locura que lo rodea continúa atrayendo a audiencias que encuentran en el cómico una voz razonable", asegura la revista en su página web.
El humorista anunció en su programa que la concentración del sábado es un llamamiento contra el extremismo que domina el debate y la cobertura política en EEUU.
El humorista afirmó que pese a que con frecuencia se habla de gente que cree que Obama es musulmán y de gente que lo compara con Hitler, la mayoría de estadounidenses no realizan comentarios de ese tipo y no se oye hablar de ellos.
Para calmar los ánimos, Stewart ha pedido a las decenas de miles de personas que se esperan acudan a la concentración que porten pancartas para contrarrestar la retórica incendiaria de otras manifestaciones.
Entre sus sugerencias está la de: "Puedo discrepar contigo pero estoy bastante seguro de que no eres Hitler".
Está previsto que el humorista Stephen Colbert también participe en la convocatoria, considerada una respuesta a la marcha organizada en agosto por la estrella mediática del canal de televisión Fox News, Glenn Beck, que atrajo a la derecha más radical de EE.UU., agrupado en torno al movimiento popular "Tea Party".
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