RTVE.es
07.09.2010 - 17:16h
07.09.2010 - 17:16h
El Hubble ha vuelto a capturar una hermosa formación en el Universo que parece sacada del cuadro 'La Noche Estrellada' de Vincent Van Gogh. Esta vez, gracias a la Cámara de Inspecciones Avanzada de la NASA y la ESA, ha fotografiado una nebulosa planetaria inusual con forma de espiral casi perfecta.
Se trata de la nebulosa IRAS 23166 1655, en plena formación y situada junto a la estrella LL Pegasi, en la constelación de Pegaso, el caballo alado.
La impresionante fotografía muestra una espiral asombradamente delgada y regular, una de las formaciones geométricas más perfectas halladas en el Universo. Su material se mueve alrededor de una estrella hacia el exterior a una velocidad de unos 50.000 kilómetros / hora, por lo que los astrónomos calculan que los depositos de material cósmico están separados en unos 800 años.
Los científicos manejan la teoría de que LL Pegasi forma parte de un sistema binario, de dos estrellas que orbitan entre sí y que hace que la atracción gravitacional de una capture material de la otra.
Las estrellas con masas de la mitad del Sol hasta cerca de ocho veces la de nuestro astro no explotan como supernovas al final de sus vidas, sino que van perdiendo materiales, se desprenden sus capas exteriores que quedan a la deriva en el espacio.
Así la espiral IRAS 23166 1655 está en pleno comienzo de este proceso, y por eso la estrella se encuentra en el centro rodeada de polvo cósmico.
Se trata de la nebulosa IRAS 23166 1655, en plena formación y situada junto a la estrella LL Pegasi, en la constelación de Pegaso, el caballo alado.
La impresionante fotografía muestra una espiral asombradamente delgada y regular, una de las formaciones geométricas más perfectas halladas en el Universo. Su material se mueve alrededor de una estrella hacia el exterior a una velocidad de unos 50.000 kilómetros / hora, por lo que los astrónomos calculan que los depositos de material cósmico están separados en unos 800 años.
Los científicos manejan la teoría de que LL Pegasi forma parte de un sistema binario, de dos estrellas que orbitan entre sí y que hace que la atracción gravitacional de una capture material de la otra.
Las estrellas con masas de la mitad del Sol hasta cerca de ocho veces la de nuestro astro no explotan como supernovas al final de sus vidas, sino que van perdiendo materiales, se desprenden sus capas exteriores que quedan a la deriva en el espacio.
Así la espiral IRAS 23166 1655 está en pleno comienzo de este proceso, y por eso la estrella se encuentra en el centro rodeada de polvo cósmico.
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