Anticuarios y coleccionistas se pasean este fin de semana por Ifepa buscando joyas, discos o muebles que cuestan desde dos euros hasta varios millones
La Opinión
MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ GARCERÁN Alrededor de 25.000 piezas, con una antigüedad de más 40 años y cuyos precios oscilan desde los dos euros hasta cantidades millonarias, se exhiben durante todo el fin de semana en Ifepa, en Torre Pacheco, en el marco del VIII Desembalaje de Antigüedades, que la institución ferial organiza en colaboración con la empresa Llobregat Serveis Firals.
El director general de Comercio y Artesanía de la Comunidad Autónoma, Julio José Lorenzo Egurce, acompañado del alcalde de Torre Pacheco, Daniel García Madrid; y de los gerentes de Ifepa y de Llobregat Seveis Firals, Antonio Miras y Jose Maria Camps, respectivamente, fueron los encargados de cortar la cinta inaugural.
En esta séptima edición de la feria se repite el mismo número de expositores que otros años. Los participantes proceden en su mayor parte de la zona de Cataluña y Levante, aunque también hay anticuarios de Francia, Inglaterra y Alemania. El número de visitantes que se espera acoger durante los tres días de feria rondará los 30.000.
Las autoridades recorrieron prácticamente todo el recinto y pudieron contemplar la anécdota de la mañana, cuando una ráfaga de viento tiró el aparador de uno de los expositores, haciendo añicos todas las piezas que contenía, la mayoría de cristal.
Los visitantes del primer día de la feria son en su mayor parte, coleccionistas llegados de otras provincias e incluso extranjeros. Saben lo que buscan y dónde encontrarlo.
Desde pupitres a soldaditos
Las piezas de joyería, especialmente los relojes, son muy demandadas y si se trata de oro, se vende al peso. Pendientes, broches de todas las épocas, colgantes, anillos y peinetas se exhiben en sus mostradores de cristal con gran profusión, junto a elementos de escritura como plumas, abrecartas, lupas de todos los tamaños y navajas con empuñadura de nácar.
Los coleccionistas de discos de vinilo pueden adquirir todo tipo de ´placas´ a un precio realmente asequible, tres euros el LP y uno o dos euros el sencillo. Los antiguos tocadiscos o ´pick up´ ahora tan de moda gracias a las series ´retro´ de televisión también son muy demandados. Asimismo, los nostálgicos de los soldaditos de plomo pueden completar su colección pagando cinco euros por pieza.
En el capítulo de curiosidades, destaca un expositor de Sevilla que exhibe un vistoso sillón de barbero, un pupitre pareado de los años 60 y un coche de caballos infantil «que usaban los señoritos andaluces para pasear a sus niños, pero que iban tirados por mastines», afirma su propietaria.
Los escritorios, bargueños, aparadores, cabeceros, mesitas y mesas de comedor con sus doce sillas, conviven junto a viejas motos y bicicletas y la escultura religiosa de todos los tamaños y procedencias invade los espacios con gran profusión.
Las mujeres se muestran muy interesadas en los bolsos de piel ´vintages´. Cuadros, grabados, joyeros, pitilleras y hasta botellas de sifón conviven en este muestrario retro.
La Opinión
MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ GARCERÁN Alrededor de 25.000 piezas, con una antigüedad de más 40 años y cuyos precios oscilan desde los dos euros hasta cantidades millonarias, se exhiben durante todo el fin de semana en Ifepa, en Torre Pacheco, en el marco del VIII Desembalaje de Antigüedades, que la institución ferial organiza en colaboración con la empresa Llobregat Serveis Firals.
El director general de Comercio y Artesanía de la Comunidad Autónoma, Julio José Lorenzo Egurce, acompañado del alcalde de Torre Pacheco, Daniel García Madrid; y de los gerentes de Ifepa y de Llobregat Seveis Firals, Antonio Miras y Jose Maria Camps, respectivamente, fueron los encargados de cortar la cinta inaugural.
En esta séptima edición de la feria se repite el mismo número de expositores que otros años. Los participantes proceden en su mayor parte de la zona de Cataluña y Levante, aunque también hay anticuarios de Francia, Inglaterra y Alemania. El número de visitantes que se espera acoger durante los tres días de feria rondará los 30.000.
Las autoridades recorrieron prácticamente todo el recinto y pudieron contemplar la anécdota de la mañana, cuando una ráfaga de viento tiró el aparador de uno de los expositores, haciendo añicos todas las piezas que contenía, la mayoría de cristal.
Los visitantes del primer día de la feria son en su mayor parte, coleccionistas llegados de otras provincias e incluso extranjeros. Saben lo que buscan y dónde encontrarlo.
Desde pupitres a soldaditos
Las piezas de joyería, especialmente los relojes, son muy demandadas y si se trata de oro, se vende al peso. Pendientes, broches de todas las épocas, colgantes, anillos y peinetas se exhiben en sus mostradores de cristal con gran profusión, junto a elementos de escritura como plumas, abrecartas, lupas de todos los tamaños y navajas con empuñadura de nácar.
Los coleccionistas de discos de vinilo pueden adquirir todo tipo de ´placas´ a un precio realmente asequible, tres euros el LP y uno o dos euros el sencillo. Los antiguos tocadiscos o ´pick up´ ahora tan de moda gracias a las series ´retro´ de televisión también son muy demandados. Asimismo, los nostálgicos de los soldaditos de plomo pueden completar su colección pagando cinco euros por pieza.
En el capítulo de curiosidades, destaca un expositor de Sevilla que exhibe un vistoso sillón de barbero, un pupitre pareado de los años 60 y un coche de caballos infantil «que usaban los señoritos andaluces para pasear a sus niños, pero que iban tirados por mastines», afirma su propietaria.
Los escritorios, bargueños, aparadores, cabeceros, mesitas y mesas de comedor con sus doce sillas, conviven junto a viejas motos y bicicletas y la escultura religiosa de todos los tamaños y procedencias invade los espacios con gran profusión.
Las mujeres se muestran muy interesadas en los bolsos de piel ´vintages´. Cuadros, grabados, joyeros, pitilleras y hasta botellas de sifón conviven en este muestrario retro.
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