Un joven, nacido en Jaén y residente en San Javier, lleva cinco años intentando conseguir el DNI
09.01.13 - 00:57 -
J. E. POVEDA | MURCIA./ la Verdad
Domingo Ángel Barco Magore asegura que nació en el hospital de Jaén el 1 de marzo de 1989, hijo de Domingo Barcos Gómez, natural de Albacete, y de la ciudadana italiana Silvia Rosalía Magore. Es lo que él dice. Pero no tiene ningún documento que lo acredite. Ni nadie que sea capaz de dárselo. No lo inscribieron en el Registro Civil, no tiene partida de nacimiento y no le dan el Documento Nacional de Identidad. Así que legalmente no existe. A efectos civiles,es un fantasma, un alma en pena sin identidad. No puede trabajar. No puede conducir. No puede tener una cuenta bancaria. No puede votar. No tiene Seguridad Social. «No puedo ni ponerme malo, porque como no tengo número de Seguridad Social me pasan luego una factura», lamenta. Por no poder, hasta hace poco no pudo ni ir a un plató a contar su historia, pues para entrar a las instalaciones de una cadena de televisión le pedían el DNI.
Tres o cuatro días después de su nacimiento, Silvia Rosalía Magore puso al bebé en brazos de su padre y desapareció. Ángel nunca la ha visto ni ha tenido noticas suyas. Ella se llevó su partida de nacimiento. Pocos días después su padre fue al hospital y pidió otra. Y con ella fue al Registro Civil. «Le pidieron datos de mi madre, él es casi analfabeto y le dio miedo de que le quitasen al niño. Así que se fue. Contrató a un abogado de Torres de Albalchez para que hiciese él la inscripción, y le dio la nueva partida de nacimiento. Pero el abogado murió. Cuando fue a pedir los papeles, la viuda le dijo que los había tirado», explica Ángel. En el hospital le dijeron al padre que no le daban ya más partidas, siempre según la versión del joven. Y alguien le metió miedo con una posible multa por no haber hecho la inscripción en tiempo y forma. Así que lo fue dejando.
Durante cuatro años, Ángel vivió en Siles. «Fui allí al parvulario». Luego el padre encontró trabajo en San Javier y se llevó allí a sus hijos. Ángel fue al colegio, y al instituto. Sin que nadie se preocupase de regularizar su situación. Cuando él cumplió los 18, en 2007, inició los trámites para sacarse el DNI en San Javier. Fue al hospital de Jaén a por un papel que acreditase que había nacido allí. «Me dijeron que en el año 95 o así se había producido una inundación y que no estaba mi partida, que se perdió y que ellos no se podían hacer cargo. Desde entonces llevan pasándose la pelota entre el registro de San Javier y el hospital de Jáen, y no se aclaran», asegura. Así que cinco años después de iniciar el trámite para tener el DNI, ha tenido que contratar a un abogado para salir de un callejón sin salida.
«Nadie le ayuda»
«El mayor enfado es por la desidia del Registro Civil de San Javier. Es absurdo que un hombre mayor de edad no pueda acceder al DNI. No puede ser que la burocracia se coma a un ciudadano», dice Manuel Maza, su abogado quien constata los problemas que en la vida diaria sufre Ángel. «No puede ni darle sus apellidos a su hijo», insiste el letrado murciano. Ángel, un niño de dos años y medio, consta oficialmente como hijo de la compañera sentimental del padre, sin que el nombre del progenitor aparezca por ningún sitio.
Maza destaca que pese a que se han tocado todas las puertas posibles, desde los registros civiles al Servicio Andaluz de Salud, no se ha encontrado interés por ayudar a este joven en ningún sitio. «No lo han escuchado ni en la Policía, ni en el juzgado, ni en el registro, ni en el hospital. No lo han ayudado, nadie se ha preocupado».
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